LA ADIVINACIÓN DIABÓLICA
Traducción: Teodoro C. Madrid, OAR
Testimonio del mismo Agustín en el libro de las «Retractaciones» 11,56
Por el mismo tiempo, a raíz de una discusión, tuve
necesidad de escribir un librito sobre La adivinación diabólica con este
mismo título. Y en un pasaje, donde dije: «Que a veces los demonios
conocen a fondo y con toda facilidad las disposiciones de los hombres,
no sólo las manifestadas de viva voz, sino también las concebidas
solamente con el pensamiento, puesto que algunos signos se exteriorizan
desde lo íntimo del alma por medio del cuerpo», hablé de un asunto muy
misterioso con afirmaciones más audaces de lo debido. En efecto, está
comprobado por algunas experiencias que semejantes cosas llegan al
conocimiento de los demonios. Pero en cuanto a saber si se dan algunos
signos físicos que les son sensibles a ellos por el cuerpo de los que
piensan, y que se nos ocultan a nosotros, o si ellos los conocen por
otra energía, y esa espiritual, muy difícilmente lo pueden descubrir los
hombres o no lo pueden en absoluto.
Este libro comienza así: «Un día de la Octava de Pascua...»: Quodam die in diebus sanctis octavarum...
PRIMERA PARTE
La conversación de San Agustín con sus cristianos
Ocasión del libro
1 1. Los demonios pueden conocer y predecir.
Un día de la Octava de Pascua estaban conmigo por la mañana muchos
hermanos cristianos laicos; y como tomásemos asiento en el lugar
acostumbrado, surgió la conversación acerca de la religión cristiana
como réplica a la presunción y a la de algún modo grande y maravillosa
ciencia de los paganos. Recordando aquel encuentro, y completándolo, he
pensado escribirlo sin nombrar expresamente a ninguno de los que
contradecían, aunque fueran cristianos, y más cuando, al contradecir, se
veía que buscaban qué sería conveniente responder a los paganos.
Planteamiento de la cuestión y respuesta. Como
disputásemos sobre la adivinación de los demonios, y se afirmara que no
sé quién había predicho la destrucción del templo de Serapis, que tuvo
lugar en Alejandría, yo respondí que no había que extrañarse si los
demonios pudieron saber y predecir que era inminente la destrucción del
templo y de su ídolo, así como otras muchas cosas, en la medida en que
se les permite conocer y predecir.
Réplica y contrarréplica
2. Dios también permite el mal.
ELLOS: Y como me replicasen que esta clase de
adivinaciones no son malas ni ofenden a Dios; antes al contrario, Dios
omnipotente y justo no las permitiría si fuesen cosas malas e injustas.
AGUSTÍN: Yo les respondí que precisamente no debe
parecer que son justas porque Dios omnipotentísimo y justísimo las
permite, porque también permite otras muchas cosas clarísimamente
injustas, como son los homicidios, los adulterios, los hurtos, el
pillaje, y otros crímenes parecidos, que, aunque ciertamente ofenden a
un Dios tan justo, porque son injustas, sin embargo, el mismo Dios
omnipotente las permite por una disposición de su justicia, no siempre
impunemente, sino para condenar a aquellos que hacen lo que ofende al
justo.
Nueva réplica y contrarréplica
3. Dios puede permitir lo que le ofende aun en aquello que se refiere al culto.
ELLOS: Y como me contradijesen que en modo alguno
había que poner en duda que Dios es omnipotente y justo; pero que de
esos pecados humanos que se cometen contra la sociedad humana Dios no se
cuida cuando se cometen; y que por eso llegan a cometerse los crímenes
que no podrían ciertamente producirse si el Omnipotente no los hubiese
permitido. En cambio, aquellos que se refieren al culto mismo de la
religión, en modo alguno debe creerse que son descuidados por El, y por
tanto que no han podido suceder sin que le agradasen, y, en
consecuencia, no conviene pensar que son malos.
AGUSTÍN: A lo cual respondí también: En realidad le
desagradan ahora, cuando los templos y sus ídolos son destruidos, y
cuando está castigando esos sacrificios de los paganos si los han
ofrecido. Porque así como decís que no se habrían podido cometer si a
Dios no le hubiesen agradado, lo mismo puede decirse que no han podido
ser prohibidos, destruidos y castigados si a Dios no le desagradasen. Y
por lo tanto, si entonces se hacían rectamente porque se demostraba con
ello que agradaban a Dios justo, ya que permitía que se hiciesen, por lo
mismo ahora se hacen inicuamente, porque se está demostrando con eso
que es El quien manda o permite destruirlos.
¿Por qué Dios permite los sacrificios de los paganos?
2 4. Los sacrificios de los paganos no son buenos porque Dios los permite.
En contra de lo anterior se ha dicho que ciertamente son ilegales
actualmente esos actos, y con todo no son malos. Son ilegales porque se
hacen contra las leyes que los prohíben; pero que no son malos, porque,
si fuesen malos, jamás habrían agradado a Dios. Ahora bien, si jamás
habrían agradado a Dios, jamás igualmente se habrían cometido, al no
permitirlo quien todo lo puede y no menosprecia tales actos, cuando son
tan enormes que, si se cometen, van contra la misma religión por la que
Dios es honrado.
Respuesta de Agustín
Aquí intervine yo: Si no son malos porque se prueba
con ello que se agrada a Dios, ya que el Omnipotente permite que se
cometan, ¿cómo va a ser bueno permitir que sean prohibidos y destruidos?
Y si no es bueno que sea destruido lo que agrada a Dios, el Omnipotente
no iba a permitir que se realice, porque también esto va contra la
religión por la que Dios es honrado, sí aquello que agrada a Dios es
destruido por los hombres. Y si el Omnipotente permite que eso se haga
injustamente, no hay que considerarlo como bueno porque el Omnipotente
ha permitido que se realicen.
Nueva réplica
5. Dios permite como Omnipotente lo que desaprueba como infinitamente justo.
ELLOS: Me replican que hay que conceder que
actualmente esos cultos no se hacen; aún más, no se hacen ya en
absoluto, porque ahora desagradan al Omnipotente; pero que le agradaron
cuando se hacían. Que nosotros ignoramos por qué razón le agradaron
entonces, y por qué razón le desagradan ahora; mientras que es cierto
que ni entonces hubieran podido realizarse si no hubiesen agradado al
Omnipotente, ni ahora habrían desaparecido si no hubiesen desagradado al
Omnipotente.
Nueva contrarréplica
AGUSTÍN: ¿Por qué, entonces, repliqué yo
inmediatamente, también en la actualidad se hacen a escondidas prácticas
semejantes que, o se vienen ocultando perpetuamente, o que descubiertas
son castigadas, si nada de eso permite el Omnipotente que se haga, de
no ser porque le agrada a El, que es justo, cuando no es posible que
agrade al justo una cosa que es injusta?
ELLOS: A esto respondieron que actualmente, en
general, no se hacen semejantes prácticas. En efecto, insisten, no se
hacen esos cultos sagrados que están inscritos en los Libros Pontificales,
los cuales sin duda se hacían entonces legalmente, y demostraban que
agradaban a Dios, puesto que el Omnipotente y justo permitía que se
hiciesen. En cambio, si actualmente se hace alguno de los sacrificios
prohibidos, clandestina e ilegalmente, no puede compararse con aquellos
sacrificios pontificales, aunque sean tenidos como tales también los
ritos nocturnos, siendo cierto que todos esos ritos están prohibidos y
condenados como ilícitos por los mismos Libros Pontificales.
AGUSTÍN: Mi respuesta fue: ¿Por qué, entonces, Dios
permite que se hagan, por ejemplo, tales ritos, si no menosprecian
ninguna de esas malas acciones que se hacen contra la religión?, ¿y
sobre todo cuando los que estiman mucho los Libros Pontificales se ven
obligados a conceder que El tiene cuidado también de tales ritos, por lo
que afirman que al estar prohibidos por esos libros, lo están
ciertamente por orden divina? Y ¿cómo están prohibidos por orden divina,
sino porque desagradan a Dios esos ritos que al prohibirlos ciertamente
no sólo le desagradan, sino que manifiesta también que El se preocupa y
no los tiene completamente en menos? De donde se deduce que Dios
reprueba algunas cosas en cuanto que es justo, aunque permita otras en
cuanto que es omnipotente.
Conclusión
6. Resumen y enunciado. Después de estas
explicaciones, nos pusimos de acuerdo en que no había que juzgar una
cosa como justa y buena porque el Omnipotente la permita, aunque le
desagrade; y que había que defender igualmente que esas malas obras que
se hacen contra la religión por la que Dios es adorado, y que desagradan
a Dios en cuanto que es justo, son permitidas también por El en cuanto
que es omnipotente por sus justos designios.
Enunciado de una nueva cuestión. Pero vengamos
a tratar otro tema: ¿De dónde vienen las adivinaciones, ya de los
demonios, ya de cualesquiera que sean esos que los paganos llaman
dioses?
Parece claro que se ha de examinar esta cuestión para
que sean considerados buenos esos prodigios, no precisamente porque el
Omnipotente permite que se hagan, sino porque son tan extraordinarios
que parece que no pueden ser atribuidos sino al poder de Dios.
Respuesta de Agustín. Entonces prometí
responder a esta cuestión después, porque en aquel momento me urgía ya
la hora de volver al pueblo. Y, en cuanto se me ha ofrecido un tiempo
para escribir, no me he descuidado ni en rehacer todo aquello, ni en
añadir todo lo que sigue.
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