El médico forense fue incapaz de disimular su
estupor mientras practicaba la autopsia al cadáver de Carlos II «el
Hechizado», el último rey de la dinastía de los Austrias que murió sin
descendencia. En la morgue del antiguo Alcázar de Madrid, aquel cuerpo
inerte de tan sólo 38 abriles parecía en verdad octogenario, tan
vampirizado como estaba. Tras abrirlo en canal, el galeno comprobó
estupefacto que en su interior «no había una sola gota de sangre», según
hizo constar luego de su puño y letra en el informe preceptivo. Sólo la
monumental cabeza sin corona estaba repleta de agua, como consecuencia
de la hidrocefalia. Acto seguido, el médico extrajo del cuerpo el
corazón «del tamaño de un grano de pimienta», en sus propias palabras, y
verificó que los pulmones «estaban corroídos» y «los intestinos,
putrefactos y gangrenados». Para colmo, observó que el muerto tenía «un
solo testículo negro como el carbón»... ¿Qué sucedió en realidad para
que la madre naturaleza, o el mismísimo diablo, se hubiesen conjurado de
forma tan cruel y despiadada contra aquel despojo humano que horas
antes agonizaba en el lecho de muerte como ningún otro rey de España lo
hizo jamás, que la memoria alcance a recordar?
Piltrafa humana
¿Quién
iba a decirme si no que sería capaz de localizar siglos después el
proceso judicial contra el fraile dominico Froilán Díaz, confesor de
Carlos II, instruido bajo presión de la recelosa reina viuda Mariana de
Neoburgo? Aludimos a una fuente histórica de primera magnitud tan
desconocida como deslumbrante, gracias a la cual estamos en condiciones
de revelar hoy los auténticos males que aquejaron al infortunado monarca
y que segaron de forma tan inmisericorde su vida dando paso, tras una
larga y cruenta guerra de sucesión, al afianzamiento de la dinastía que
todavía reina en España, la de los Borbones.
Con toda su buena
fe, fray Froilán Díaz investigó a fondo en su día las fundadas sospechas
que ya se cernían sobre la verdadera causa de los gravísimos trastornos
que convirtieron al soberano en una auténtica piltrafa humana; hasta el
punto de mantener una violenta conversación con una de las tres monjas
poseídas en el convento de recoletas de Cangas de Tineo (actual Cangas
del Narcea), en Asturias.
El confesor del rey viajó hasta allí
esperanzado en resolver el regio misterio recurriendo, por increíble que
parezca, a la propia voz arcana del ángel caído. Acompañado del
capuchino alemán Mauro Tenda, un reputado exorcista de la época cuyos
servicios fueron requeridos enseguida en la Corte madrileña, fray
Froilán Díaz aprovechó la ocasión de oro para mantener un tenso diálogo
con el mismísimo demonio, quien, pese a ser el padre de la mentira, dice
a veces la verdad.
No es un caso de ciencia-ficción, sino de
Historia documentada, con mayúscula. De hecho, en una desconocida carta
datada el 9 de septiembre de 1698, el propio vicario daba fe de aquella
increíble conversación en la que el mismo Lucifer aseguró al petrificado
dominico que Su Majestad había sido víctima de un hechizo tras ingerir
chocolate, su alimento preferido, el 3 de abril de 1675. Pero no se
trataba de un chocolate cualquiera sino de uno muy especial, elaborado
«con los miembros de un hombre muerto»; y en concreto, con «los sesos de
la cabeza para quitarle la salud, y de los riñones, para corromperle el
semen e impedirle tener descendencia». ¿No es algo terrible acaso?
En
el lecho regio, cuyos cortinajes apenas dejaban penetrar la luz del
crepúsculo, permaneció tendido Carlos II con el rostro macilento y
demacrado hasta el mismo instante de su espantosa muerte. Feo de
solemnidad, su saliente mandíbula, que de niño le hacía triturar ya las
mamas de sus catorce nodrizas, delataba su prognatismo heredado de los
Habsburgo. Su rostro era alargado, los ojos no muy grandes de color azul
turquesa y el cutis fino y delicado. El cabello era rubio y largo,
peinado hacia atrás.
A la cabecera de su cama se mantenían
imperturbables los dos mismos sacerdotes que habían exorcizado días
antes a las monjas poseídas de Asturias: el confesor regio, el dominico
Froilán Díaz, y el capuchino alemán Mauro Tenda.
Este último portaba el
Lignum Crucis, un trozo de la Cruz de Cristo, mientras pronunciaba el
ritual de exorcismos establecido por el Papa Paulo V, en 1614.
El
monarca reaccionaba profiriendo gritos desgarradores y blasfemias,
mientras su cuerpo consumido se estremecía con espantosas convulsiones,
abrasándose con el agua exorcizada que los sacerdotes derramaban de vez
en cuando sobre su gran cabeza. Todo estaba ya consumado.
Extracto del texto manuscrito de Carlos II.
Puede obtener el texto completo clicando aquí.
Un lugar en la Red donde los que se dedican al ministerio del exorcismo y de la oración de liberación, puedan encontrarse, aprender, compartir, darse ánimos y comunicarse. Un lugar de encuentro entre sacerdotes y laicos dedicados a ayudar al prójimo vejado por el demonio. Este foro depende de www.fortea.us
Estimados lectores, agradecemos que este lugar sea un blog activo de intercambio de opiniones.
Foro moderado, los comentarios seran expuestos tras su revisión.
30 ene 2016
27 ene 2016
Habla Gabriele Amorth 2016
|
21 ene 2016
El sencillo combate contra el demonio.
San Miguel arcángel
Hay exorcismo, oraciones de liberación, gracia de Dios.
Pero el combate espiritual contra el maligno es algo mucho mas sencillo, es el dia a dia, es cumplir la voluntad de Dios, y preocuparnos del estado de nuestra alma, estar en gracia. Y revestirnos de la armadura de Dios que es el uso frecuente de los sacramentos, sobre todo la confesión cuando sea necesaria y la Eucaristía.
A continuación unos breves comentarios para tener en cuenta en nuestra vida diaria;
1º Amarás a Dios sobre todas las cosas, con todo tu alma, con todo tu ser y con todo tu corazón
2º No tomarás el Nombre de Dios en vano.
3º Santificarás las fiestas.
4º Honrarás a tu padre y a tu madre.
5º No matarás.
6º No cometerás actos impuros.
7º No robarás.
8º No dirás falso testimonio ni mentirás.
9º No consentirás pensamientos ni deseos impuros.
10º No codiciarás los bienes ajenos.
LOS 5 MANDAMIENTOS DE LA IGLESIA
Según el Catecismo de la Iglesia Católica #2041-2043
Los mandamientos de la Iglesia se sitúan en la línea de una vida moral referida a la vida litúrgica y que se alimenta de ella. El carácter obligatorio de estas leyes positivas promulgadas por la autoridad eclesiástica tiene por fin garantizar a los fieles el mínimo indispensable en el espíritu de oración y en el esfuerzo moral, en el crecimiento del amor de Dios y del prójimo. Los mandamientos más generales de la Santa Madre Iglesia son cinco:
El primer mandamiento (oír misa entera los domingos y fiestas de precepto) exige a los fieles participar en la celebración eucarística, en la que se reúne la comunidad cristiana, el día en que conmemora la Resurrección del Señor, y en aquellas principales fiestas litúrgicas que conmemoran los misterios del Señor, la Virgen María y los santos.
El segundo mandamiento (confesar los pecados mortales al menos una vez al año, y en peligro de muerte, y si se ha de comulgar) asegura la preparación para la Eucaristía mediante la recepción del sacramento de la Reconciliación, que continúa la obra de conversión y de perdón del Bautismo.
El tercer mandamiento (comulgar por Pascua de Resurrección) garantiza un mínimo en la recepción del Cuerpo y la Sangre del Señor en relación con el tiempo de Pascua, origen y centro de la liturgia cristiana.
El cuarto mandamiento (ayunar y abstenerse de comer carne cuando lo manda la Santa Madre Iglesia) asegura los tiempos de ascesis y de penitencia que nos preparan para las fiestas litúrgicas; contribuyen a hacernos adquirir el dominio sobre nuestros instintos y la libertad del corazón.
El quinto mandamiento (ayudar a la Iglesia en sus necesidades) señala la obligación de ayudar, cada uno según su capacidad, a subvenir a las necesidades materiales de la Iglesia. (Más>>>)
Sobre los pecados (texto del catecismo);
1857 Para que un pecado sea mortal se requieren tres condiciones: “Es pecado mortal lo que tiene como objeto una materia grave y que, además, es cometido con pleno conocimiento y deliberado consentimiento”
1862 Se comete un pecado venial cuando no se observa en una materia leve la medida prescrita por la ley moral, o cuando se desobedece a la ley moral en materia grave, pero sin pleno conocimiento o sin entero consentimiento.
*Mas información, clique aquí.
Sobre las virtudes;
La virtud es una disposición habitual y firme para hacer el bien.
Las virtudes teologales; fe, esperanza y caridad.
Las virtudes cardinales, o humanas; prudencia, justícia fortaleza y templanza.
*Mas información, clique aquí.
Sobre los vícios, (contrario a la virtud);
Los pecados o vicios capitales son aquellos a los que la naturaleza humana caída está principalmente inclinada. Es por eso muy importante para todo el que desee avanzar en la santidad aprender a detectar estas tendencias en su propio corazón y examinarse sobre estos pecados.
El término "capital" no se refiere a la magnitud del pecado sino a que da origen a muchos otros pecados.
“Un vicio capital es aquel que tiene un fin excesivamente deseable de manera tal que en su deseo, un hombre comete muchos pecados todos los cuales se dice son originados en aquel vicio como su fuente principal”.
Lo que se desea o se rechaza en los pecados capitales puede ser material o espiritual, real o imaginario.
Todos tenemos una tendencia hacia los pecados capitales. Ver Concupiscencia
Pecados Capitales | Virtudes para vencerles |
1-Soberbia ante el deseo de alto honor y gloria, creerse superior a los demás. |
Humildad Reconocer que de nosotros mismos solo tenemos la nada y el pecado. |
2-Avaricia
ante el deseo de acaparar riquezas |
GenerosidadDar con gusto de lo propio a los pobres y los que necesiten. |
3-
Lujuria ante el apetito sexual |
Castidad. logra el dominio de los apetitos sensuales |
4-
Ira ante un daño o dificultad |
Paciencia. Sufrir con paz y serenidad todas las adversidades. |
5-
Gula
ante la comida y bebida |
Templanza. Moderación en el comer y en el beber |
6-
Envidia
resiente las cualidades, bienes o logros de otro porque reducen nuestra auto-estima |
Caridad. Desear y hacer siempre el bien al prójimo |
7-
Pereza del desgano por obrar en el trabajo o por responder a los bienes espirituales |
Diligencia. Prontitud de ánimo para obrar el bien |
Las 14 obras de misericorida.
OBRAS CORPORALES DE MISERICORDIA
1. Dar de comer al hambriento
2. Dar de beber al sediento
3. Dar posada al necesitado
4. Vestir al desnudo
5. Visitar al enfermo
6. Socorrer a los presos
7. Enterrar a los muertos
OBRAS ESPIRITUALES DE MISERICORDIA
1. Enseñar al que no sabe
2. Dar buen consejo al que lo necesita
3. Corregir al que está en error
4. Perdonar las injurias
5. Consolar al triste
6. Sufrir con paciencia los defectos
de los demás
7. Rogar a Dios por vivos y difuntos
*Mas información clique aquí.
Las bienaventuranzas:
18 ene 2016
Sobre los fantasmas (II)
CUATRO POSIBLES INTERPRETACIONES DEL PADRE FORTEA SOBRE QUIENES SON
El Padre Fortea considera en su libro que hay cuatro posibles interpretaciones ante esos hechos reales y objetivos con los que se ha encontrado él y otros sacerdotes en los exorcismos.
1ª La Primera es la más sencilla y posiblemente la única que algunos teólogos más estrictos con el dogma mejor tolerarían sin problemas.
Sería la de afirmar que el demonio miente y que por tanto se hace pasar por quien quiere y que todo eso de las almas pérdidas que aún buscan la luz es falso y cuentos fantásticos del demonio para mejor engañar.
2ª La segunda es afirmar que se trata de un alma humana condenada. Un alma condenada – dice el Padre Fortea – que no sabe que está condenada ya definitivamente, y que nunca encontrará la luz.
alma atormentada
Es una explicación poco probable y de pocos visos de autenticidad, pues no me imagino a nadie condenado y sin saberlo. Si el alma o el espíritu de un difunto vaga de lado a lado, haciéndose notar al exterior con ruidos, apariciones fantasmales y otros fenómenos de orden preternatural, es porque algo busca y espera de los vivos.
3ª La tercera es afirmar que se trata de un alma en el purgatorio.
San Juan de la Cruz, Doctor de la Iglesia, afirma en su Subida al Monte Carmelo que hay almas del purgatorio que no saben que están en el purgatorio.
4ª La cuarta es afirmar que efectivamente hay almas que son verdaderamente espíritus perdidos.
Almas que pueden buscar la luz hasta el Juicio Final y que se podrían beneficiar de nuestras oraciones.
10 HECHOS REALES SOBRE LOS FANTASMAS O ESPÍRITUS PERDIDOS
Expondremos aquí lo que dice el Padre Fortea, exorcista experimentado de renombre internacional, en sus libros: Summa Daemoniaca y Exorcística.
Los hechos son objetivos y verdaderos.
1º Los espíritus perdidos hablan con un tipo de voz distinta a la de los demonios.
No suelen manifestar ni la agresividad, ni la ira de los ángeles caídos. Lo que suelen manifestar es tristeza, melancolía.
2º Si un espíritu perdido al principio muestra ira, es la ira de un ser humano que se sintió abandonado de Dios.
Pero conforme avanza la sesión de oración o de exorcismo va comprendiendo que quizá la culpa de todo la tuvo él y no Dios o aquellas personas con las que vivió.
3º Y esto es lo importante, lo característico y específico de los espíritus perdidos: Pueden rezar.
Quizá al principio no lo hagan, pero finalmente sí. Y cuando rezan lo hacen sin odio. Un demonio sólo repite una alabanza a Dios obligado por el poder de Cristo tras muchísimas oraciones del sacerdote y por una orden de éste en el nombre de Cristo. Pero los demonios siempre repiten una oración con odio.
callejon de las almas perdidas
4º El espíritu perdido puede pedir perdón del mal cometido.
El demonio no lo hará, ni en broma.
5º Un demonio puede hacerse pasar por cualquiera (ángel, difunto o santo), pero si el exorcista insiste con su poder sacerdotal en ordenarle que diga su nombre, al final lo dice.
Mientras que un espíritu perdido por más que se le insista seguirá manteniendo que fue un ser humano.
6º Si se le dice que bese la cruz, la puede besar sin odio.
7º El agua bendita o cualquier otra cosa sagrada no le produce aversión.
8º No manifiesta ni gritos, ni convulsiones. Si se le habla responde, pero nada más.
9º Los demonios suelen salir tras un terrible alarido o fuertes convulsiones.
Los espíritus perdidos salen de forma silenciosa. Casi siempre por la boca con una larga expiración.
10º La mayor parte de las almas perdidas antes de salir afirman que ven una luz y que se dirigen a ella.
Muchos, incluso, se despiden del exorcista y los presentes diciendo: adiós, gracias, voy hacia la luz
alma en pena
NO ENCUENTRAN LA LUZ
El Padre Fortea explica en su libro cómo estas almas, que ahora no encuentran la luz, fueron malos en vida y murieron sin pedir perdón, pero sin rechazar a Dios.Algunas de estas almas, que ahora se encuentran perdidas hasta el día del Juicio Final, pudieron morir trágicamente en circunstancias violentas, como guerras, asesinatos o atentados terroristas como los del 11-S y 11-M.
Almas que fueron arrancadas de esta vida antes de su hora límite, almas que murieron sin poder pedir perdón, pero sin estar cerradas totalmente a la gracia de Dios, es decir, sin haber agotado todas las gracias que Dios había dispuesto enviarles para su conversión, y que ahora – por la imprudencia negligente de un mal conductor o la malicia fanática de un comando terrorista de signo nacionalista o islámico – están destinadas a vagar por la tierra buscando la luz.
¿QUIÉNES SON ESTAS ALMAS?
¿Son almas especiales del Purgatorio? ¿Son almas condenadas? ¿Son realmente almas perdidas?
Un alma perdida que respondía al nombre de Jaislegel, al ser preguntada por el Padre Fortea sobre si buscaba la luz, dijo lo siguiente:
llorona
Tuve mi momento. El momento es mientras vives. No hay solución.
Pero esta misma alma, refiriéndose después a otras almas, dijo:
Espíritus perdidos vagan buscando un descanso, pero no lo encuentran. Purifican sus pecados. Muchos tardan muchos siglos, depende de los pecados y del estado del alma.
Las culpas son nuestras.
Algunas están mejor que nosotros
Nosotros estamos aquí, no salimos de este mundo.
La diferencia con los demonios es que no rechazamos a Dios, fuimos malos, no pedimos perdón en su momento. Yo mala vida, pecado, vivía sin Dios, como si no existiera
ALMAS PERDIDAS QUE NO ENCUENTRAN LA LUZ Y QUE INCLUSO PUEDEN HABITAR EN PERSONAS
Parece, a juzgar por lo dicho, que los exorcistas se encuentran con muchas de estas almas perdidas que buscan. Algunas de ellas fueron homicidas, otras suicidas. Algunas de ellas no saben nada sobre Jesús o incluso de Dios.
El exorcista al decirles que pidan perdón a Dios, puede encontrarse con que ese espíritu le pregunta “¿Quién es Dios?”.
Eso se debe a que hay muchas almas de seres humanos que nacieron en lugares o épocas que no les permitió tener ninguna idea más que las paganas.
Hay testimonios no exorcísticos, sino místicos que afirman que estos espíritus que vagan por la tierra son numerosos.
Son muchas las personas de gran vida de oración que afirman haber sentido sus presencias en cementerios, lugares donde murieron y también en iglesias. Especialmente cuando las iglesias se quedan vacías, hay personas que han sentido la presencia de estos espíritus allí en el templo orando.
¿Podríamos afirmar que estos espíritus perdidos están en realidad en un tipo especial de Purgatorio?
Opiniones hay para todos los gustos, pero desde luego afirmarlo sería lo más prudente y lo más acorde con el dogma y la doctrina de siempre enseñada por la Iglesia.
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UNA ADVERTENCIA FINAL
Debemos destacar que la Iglesia siempre ha prohibido cualquier intento de buscar la comunicación con los muertos a través de medios tales como “canalizadores”, sesiones de espiritismo o tablas Ouija.
La razón es clara: estos intentos de “evocar a los muertos… encierra una voluntad de poder…, así como un deseo de conciliar los poderes ocultos” (Catecismo de la Iglesia Católica, 2116).
Los peligros abundan aquí: los demonios, conocidos tradicionalmente como “espíritus familiares”, pueden falsificar los espíritus de los difuntos. Pueden beneficiarse de estas prácticas ocultas para manipular y oprimir a la gente.
En consecuencia, tenemos que tratar con mucha precaución y discernimiento cualquier encuentro que tengamos con fenómenos inexplicables.
Sin embargo, apariciones fantasmales genuinas, no buscadas por los vivos y permitidas por la gracia de Dios, parecen ser extremadamente raras.
15 ene 2016
Sobre los fantasmas
¿Qué son los Fantasmas o las Almas en Pena? ¿Encajan en la Fe Católica?
Una explicación cristiana sobre almas perdidas que vagan por la tierra
Algunos
podrían burlarse rápidamente de una idea tan extravagante o
supersticiosa y otros, los extremadamente rígidos, dirán que es una
herejía sin siquiera leer lo que dice el artículo.
Pero
la creencia en fantasmas parece haber sido universal en todas las
culturas humanas desde el comienzo de la historia, y se basa, al menos
en parte, en un sinnúmero de informes de encuentros con ellos, inclusive
de Papas y Santos.
Es apasionante el capítulo IV de la Summa Daemoniaca del exorcista y demonólogo Padre Antonio Fortea,
donde habla de los espíritus perdidos, del espíritu
de almas que no son ni demonios ni almas condenadas, al menos no
condenadas aún, y que buscan en medio de una gran tristeza y angustia,
la luz, la paz, la felicidad.
Almas perdidas que rezan, cantan y alaban a Dios voluntariamente, sin
necesidad de conjuros por parte del exorcista, almas que no blasfeman,
que murieron al parecer sin pedir perdón, pero sin rechazar ni odiar a
Dios.
Algunos de estos espíritus no saben nada de Dios ni de Jesucristo ni de
la Iglesia, pues nadie les predicó. Almas que vagan de lado a lado,
fantasmas en pena, destinadas –al menos algunas de ellas– a estar así
hasta el fin del mundo.
¿EXISTEN LOS FANTASMAS?
Para responder a esta pregunta tenemos que definir “fantasma”.
Según
el diccionario Webster, la palabra significa “el alma de una persona
muerta, un espíritu sin cuerpo”. Eso parece encajar con el uso popular
del término, por lo que tendremos que aceptarla como definición de
trabajo.
fantasma
Debemos
tener en cuenta, entonces, que en la presente discusión, “fantasma” no
se refiere a un ángel o un demonio, un poltergeist o incluso un
extraterrestre. Más bien, es esa parte de un ser humano que no es
corpórea (corporal), y que ha sido separada del cuerpo en la muerte.
Con
esta definición, los católicos deberían poder afirmar fácilmente que
realmente existen los fantasmas. Después de todo, es una parte
fundamental de la creencia católica de que el ser humano es una unión de
alma y cuerpo; que en la muerte, el alma y el cuerpo se separan; y que
después de la muerte, el cuerpo en general se desintegra, y el alma
sobrevive, a la espera del Juicio Final, cuando el cuerpo al fin se
levante y se reunirá con el alma.
Desde
una perspectiva católica, entonces, no sólo a las almas en el infierno y
en el purgatorio, sino también a los santos en el cielo pueden
llamárseles fantasmas (con la excepción de Nuestra Señora, que no es un
espíritu sin cuerpo, porque su cuerpo fue asunto con su alma al cielo).
La
pregunta para los católicos, entonces, no es si realmente existen los
fantasmas. Ellos existen. La cuestión más apremiante es si las almas
humanas sin cuerpo, en el tiempo presente antes del Juicio Final, son
capaces de manifestarse a los que siguen vivos en la tierra.
EVIDENCIA DE LA ESCRITURA
¿Pueden los muertos aparecer a los vivos? La Escritura muestra que pueden.
El
ejemplo bíblico más claro de una aparición fantasmal es el relato
evangélico de la Transfiguración de Nuestro Señor en el monte, cuando
Moisés (que había muerto siglos antes) apareció a Jesús y tres de sus
apóstoles, conversando con él. (Ver Mt 17:1-3. No incluimos Elías en
este pasaje como un “fantasma”, porque la Escritura parece indicar que
él no había muerto, sino que su cuerpo fue tomado cuando dejó la tierra.
Ver 2 Reyes 2:11-12).
En
el Antiguo Testamento, un ejemplo de debate de un visitante fantasmal
es la del fallecido profeta Samuel, que apareció al rey Saúl (ver 1 Sam
28:3-20).
fantasma en un parque
Algunos
han llegado a la conclusión de que la aparición era en realidad una
falsificación diabólica, ya que tuvo lugar por pedido de un nigromante
(lo que hoy se llamaría un “canalizador”) fuera de la ley por Dios.
Sin
embargo, como el propio texto de la Escritura se refiere al espíritu
repetidamente como Samuel, San Agustín y otros intérpretes autorizados
han insistido en que se trataba efectivamente de su fantasma y no un
demonio.
Si
tenemos en cuenta las visitas fantasmales en sueños o visiones,
entonces también podemos citar la historia bíblica de Judas Macabeo. Él
tuvo una visión de Onías, sumo sacerdote fallecido, orando por los
judíos. (Esto es, por cierto, también un ejemplo bíblico de la
intercesión de los santos por los vivos). Onías fue seguido en la visión
por el fallecido profeta Jeremías, quien habló a Judas y le dio una
espada de oro (ver 2 Mc 15:11-16).
EVIDENCIA DE LA TRADICIÓN
Más
allá de los ejemplos en la Escritura, numerosos relatos de apariciones
fantasmales han llegado hasta nosotros en la tradición católica desde
los tiempos bíblicos.
En
el siglo VI el Papa San Gregorio Magno, por ejemplo, relata varios de
estos casos en sus famosos Diálogos. Para Gregorio como San Agustín y
otros doctores de la Iglesia, las apariciones fantasmales, sin duda
tenían su lugar en una visión católica del mundo.
almas en pena
Según
estos informes, a veces la figura fallecida que apareció fue un santo
reconocido. En otras ocasiones, la aparición era de un hombre santo
recientemente fallecido o una mujer que vino a ayudar a los vivos.
Todavía
en otros cuentos, almas atormentadas, presumiblemente en proceso
purgatorio, llegan a pedir la ayuda de los que siguen en la tierra.
Sin
duda, muchas de estas historias pueden ser vistas como leyendas
piadosas o superstición, engaño o alucinación. Pero algunas de ellas son
difíciles de descartar.
Los
cuentos más convincentes vienen a nosotros de múltiples testigos de
carácter impecable, y que a menudo se remontan a tiempos muy recientes,
cuentos de primera mano sin posibilidad de adiciones legendarias. Entre
éstas habría alguna de las apariciones post mortem conocidas de San Pío
de Pietrelcina (Padre Pío, 1887-1968).
Una
historia bien autentificada viene de San Juan Bosco (1815-1888). Cuando
seminarista, San Juan había acordado con un compañero de estudios
llamado Comollo que cualquiera de los dos que muriera primero daría al
otro alguna indicación sobre el estado de su propia alma. Comollo murió 2
de abril 1839, y en la noche después del funeral, llegó la
“indicación”.
Junto
con otros veinte estudiantes de teología que se reunieron en la misma
sala, Juan oyó de pronto un rugido poderoso y sostenido que sacudió el
edificio. Entonces vieron cómo la puerta se abrió violentamente.
Apareció una luz tenue con cambio de color, y se oyó una voz clara:
“Bosco, Bosco, Bosco, estoy salvado…”
“Durante mucho tiempo después que San Juan concluyó su rememoración, no había otro tema de conversación en el seminario.”
¿POR QUÉ APARECEN?
A
finales del siglo XIX y XX, una serie de estudiosos católicos
respetados recogieron muchos testimonios fidedignos de fenómenos
fantasmales, obtenidos de testigos contemporáneos y oficiales de
policías y documentos médicos.
Intentaron
colocar estos cuentos junto con informes de otros fenómenos ocultos,
dentro de un marco de la teología católica tradicional (generalmente
tomista) y los hallazgos de la psicología moderna y la parapsicología.
Tal vez los más conocidos de estos teólogos investigadores fueron los
sacerdotes jesuitas Herbert Thurston y FX Schouppe, y el abad trapense
Alois Wiesinger.
Surge un patrón en muchos de los relatos recogidos por estos eruditos: cuando el difunto hace una aparición, a menudo viene ya sea para ayudar a los vivos o para solicitar ayuda a los vivos.
Pueden
solicitar, por ejemplo, que se digan oraciones y misas para ellos, o
pueden pedir que se destruyan algunos documentos de carácter
confidencial. A veces, un familiar fallecido de una persona en necesidad
de los sacramentos viene a informar a un sacerdote de la situación y le
mostrará donde se encuentra el necesitado.
almas que vagan por la tierra
Historias
como éstas sugieren una respuesta a los desafíos comunes planteados por
los cristianos que son escépticos, que la posibilidad de visitas
fantasmales pudiera encajar en una perspectiva de fe.
¿Cómo,
se suelen preguntar, el muerto puede obtener el poder para visitar a
los vivos? San Agustín respondió simplemente: “A través de la orden
secreta de Dios”. Sucede con el permiso de Dios y con el poder divino.
¿Y
por qué Dios podría permitir la visita de fantasmas? Al parecer, para
llevar a cabo misiones espirituales para sí mismos o para otros.
12 ene 2016
Exorcismo al Rey
El domingo 6 de noviembre de 1661 nació “un robusto varón, de hermosísimas facciones, cabeza proporcionada, pelo negro y algo abultado de carnes”. De esta manera se contaba en la Gazeta de Madrid el nacimiento de un rey español.
Carlos II "El hechizado".
Fue el propio Lucifer el que, según relató fray Froilán Díaz, confesó el encantamiento que llevaría al monarca al fin de sus días, ya con los órganos putrefactos y el corazón «del tamaño de un grano de pimienta»
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