27 mar 2019

El don de visión.


El testimonio de alguien que estuvo tonteando con el demonio, pero que finalmente decidió libremente volver a Dios.

22 mar 2019

Exorcista habla sobre la pederastia en la iglesia

Exorcista y director espiritual de la Madre Teresa analiza los escándalos de abusos


                                Mons. Jhon Esseff. Foto: sitio web Instituto Pope Leo XIII

Mons. John Esseff, exorcista durante 40 años y director espiritual en una época de la Madre Teresa de Calcuta, analizó los escándalos de abusos sexuales ocurridos al interior de la Iglesia.
En una columna publicada por Patti Armstrong en el National Catholic Register, Mons. Esseff, ordenado sacerdote hace 65 años, da algunas luces para comprender mejor la situación actual y animó a los fieles de la Diócesis de Scranton en el estado de Pensilvania (Estados Unidos).
“Cuando fui ordenado en 1953 nadie tenía miedo de dejar a sus hijos a mi cuidado. El sacerdocio era para bendecir y cuidar a los niños. Con los escándalos en la Iglesia, eso ha sido dañado significativamente”, comentó el sacerdote que dirige el Pope Leo XIII Institute, que capacita a exorcistas.
Pese a los escándalos, como el suscitado por el informe de la Corte Suprema de Pensilvania sobre más de mil abusos cometidos por 300 sacerdotes en 70 años, el exorcista ve algunos signos de esperanza tras estar el último mes con 177 seminaristas en el Instituto para la Formación Sacerdotal en Omaha, estado de Nebraska.
“Realmente me sorprendió escuchar sus experiencias y pensé. ‘¡Oh Dios mío, estos son hombres de todo el país de varias nacionalidades que aman al Señor y que quieren hacerse cargo de la Iglesia’”, dijo.
Dijo que los escándalos de abusos en la Iglesia recuerdan los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, cuando los bomberos respondieron a la emergencia: “Estos hijos de Dios (los seminaristas) están corriendo hacia la Iglesia con el sueño de salvar a las almas y expandir el Reino de Dios. Tenemos estos escándalos pero también tenemos estos hombres magníficos”, dijo.
“Lo que nos hace miembros del cuerpo de Cristo no es el rango. Los escándalos nos muestran que el rango no significa necesariamente santidad. La santidad se da cuando estamos personalmente comprometidos a Cristo, y eso está allí para cualquiera de igual forma”, explicó el exorcista. “El amor que el Padre tiene por mí, un sacerdote, es el mismo que tiene por cualquier persona”, precisó,  
Por ello afirmó que los escándalos sexuales y de corrupción en la Iglesia no lo desalientan. “Después de 65 años de sacerdocio, puedo decir realmente que sin Jesús no puedo hacer nada. Soy otro Cristo por el Padre y Él me llamó a ser su hijo” y así se une “a todo hermano y hermana en el mundo”.
Indicó que en sus años como director espiritual ha encontrado personas muy humildes, llenas de mucha esperanza “que saben bien a que están llamadas. No tienen ningún rango y son desconocidas para la mayoría, pero rezan y así son la fuerza de nuestra Iglesia”.
Como ejemplo puso a Santa Teresita de Lisieux, que al fallecer era una religiosa de clausura desconocida para el mundo y que por su fuerza espiritual llegó a convertirse en doctora de la Iglesia y patrona de las misiones.
“Todos tenemos la misma capacidad, el poder de rezar, ser santos y estar unidos a Dios Padre en Cristo a través del Espíritu Santo. Y allí es donde está la verdadera fortaleza”, concluyó.
En su sitio web, el Pope Leo XIII Institute señala que colabora con la formación espiritual de los sacerdotes, “preparando sus mentes y corazones para llevar la luz de Cristo y dispersar el mal para curar a los heridos y afligidos”.

17 mar 2019

De exorcista a beato

Misionero en Corea, prisionero del ejército japonés, exorcista en Chile: el padre Joseph Cappel.




El padre Joseph o José Cappel fue misionero y prisionero de guerra en Corea, y luego sacerdote exorcista en Chile


José Cappel fue un misionero estadounidense en Corea en plena Segunda Guerra Mundial, donde los japoneses le apresaron. Había dirigido un dispensario, hasta que sus captores le encerraron una semana en aislamiento extremo y luego en un campo de prisioneros 5 meses, con otros misioneros. Un intercambio de prisioneros con EEUU le permitió volver a su país en 1943.

Después fue destinado a Chile, donde ejerció como sacerdote exorcista. Su labor pastoral y humanitaria permanece viva en el recuerdo de los fieles. Al llegar a Chile supervisaba una escuela básica, un asilo, un hospital y cinco capillas misioneras, pero durante su ministerio añadió otras 13 capillas y otra escuela a esa red. 

Ahora el obispado de Talca ha iniciado su proceso de beatificación. 

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El P. José Cappel Farfsing, sacerdote estadounidense de la Orden de Padres Misioneros de Maryknoll, exorcista y pastor durante 55 años de la comuna de Curepto, ubicada a 300 kilómetros de Santiago de Chile.

La ceremonia oficial se realizó en el Hogar de Ancianos José Cappel, fundado por el sacerdote y que actualmente alberga a 19 adultos mayores.

El vicepostulador de la causa, Ricardo Rojas Valdés, conversó con ACI Prensa y expresó que este primer paso “implica un reconocimiento a la voz popular. Para nadie cabe duda que el Padre José Cappel era una persona excepcional”.

“Durante toda su vida vivió las virtudes heroicas que pide la Iglesia para calificar a alguien de santo. Todo el mundo tiene algo que decir respecto al bien que hizo. Si bien mantenía su acento extranjero el Padre Cappel se daba a entender con el lenguaje del amor, del amor por los pobres y los enfermos”, comentó Rojas

En la apertura de la causa estuvieron presentes los vecinos de Curepto y también el Arzobispo Emérito de La Serena, Mons. Bernardino Piñera, que actualmente tiene 100 años, y el P. Jaime Correa asesor de la causa del P. Cappel y quien fue vicepostulador del proceso de canonización de San Alberto Hurtado.

Antes del acto solemne se celebró una Eucaristía en la que el Obispo de Talca, Mons. Horacio Valenzuela, destacó que la causa se abría en un día especial como la Fiesta de la Visitación de María y los 12 años del fallecimiento del sacerdote.

“Cuando uno ha encontrado al Señor, cuando una persona tiene a Dios en su corazón, lo que primero hace es buscar a quien servir, a quien consolar, a quien ayudar, a quien levantar si está caído, a quien orientar”, expresó.

“El Padre José irradiaba bondad, sencillez y servicio. Porque había encontrado a alguien que lo amó intensamente y lo convirtió en un hombre sencillo, servicial, despreocupado de sí mismo”.

El P. Joseph Henry Cappel Farfsing nació el 16 de noviembre de 1908 en Covington, Estados Unidos. Fue el quinto de siete hijos, de los cuales dos llegaron a ser sacerdotes.

Desde pequeño siempre anduvo en bicicleta y nunca dejó esta forma de movilizarse. Le gustaba arreglar cosas o inventarlas. Uno de sus primero logros personales fue crear un aparato de radio.

Estudió licenciatura en Filosofía en la Universidad de Dayton en Ohio y otros dos en el seminario diocesano San Gregorio en Cincinnati. Hasta que finalmente ingresó a la congregación de los Misioneros de Maryknoll en septiembre de 1931 y fue ordenado sacerdote el 16 de junio de 1935.

En la congregación conoció la vida misionera, de la cual se enamoró y tomó como motivación personal la tarea de “convertir al mundo” por medio de la evangelización.

Tras su ordenación fue designado a las misiones de Masan y de Chinnampo en Peng Yang, en Corea. En 1937 fue transferido al sector montañoso del Río Yalu a la misión de Chu Ko Chin. Sin embargo, el comienzo de la II Guerra Mundial era inminente y cuando sucedió el ataque a la base naval de los Estados Unidos, Pearl Harbor, en Hawai, fue detenido por los japoneses en 1941 junto a otros nueve sacerdotes.

Fue repatriado a su país hasta que la congregación nuevamente lo derivó como misionero a Chile en 1943. Pasó por Chillán y Temuco y algunos años después fue nombrado asistente y luego párroco de Nuestra Señora del Rosario en Curepto, ciudad de Talca, donde permaneció hasta su muerte el 31 de mayo de 2004.



Fue nombrado exorcista de la diócesis de Talca por el Obispo de ese entonces, Mons. Manuel Larraín. Recibió la nacionalidad chilena por gracia en 1995 en reconocimiento a “su vida y obra social desarrollada en beneficio de los más pobres y necesitados”.

La comunidad de Curepto esperaba con ansias la apertura de la causa de beatificación del P. Cappel. Por eso, en agosto de 2014, en medio de la bendición de un monumento instalado en la plaza principal del municipio, donde aparece el sacerdote montando una bicicleta, los vecinos y feligreses firmaron una carta para solicitarla.

7 mar 2019

Gabriel Amorth, dos años desde el cielo.

Se cumplen dos años de la muerte del famoso exorcista Gabriele Amorth



El P. Gabriele Amorth, famoso exorcista italiano de la Sociedad de San Pablo, falleció el 16 de septiembre de 2016, a los 91 años, en el hospital de la Fundación Santa Lucía de Roma (Italia).
El P. Amorth fue internado días antes en el centro médico debido a dolencias pulmonares.
El sacerdote italiano nació el 1 de mayo de 1925 en Modena, Italia, y fue ordenado sacerdote en enero de 1951.
Su labor como exorcista, en la que atendió más de 50 mil casos, la comenzó en 1985.
Cinco años más tarde, el P. Amorth fundó la Asociación Internacional de Exorcistas, que presidió hasta su retiro en el 2000, a sus 75 años.
Entre las publicaciones del famoso sacerdote están “Narraciones de un exorcista” (1993), “Un exorcista cuenta su historia” 1999, “Evangelio de María: Un mes con la madre del Dios” 2000, “Un exorcista: Más historias” 20002, “Exorcismo y psiquiatría” 2002, y “Memorias de un exorcista”, una entrevista realizada por el vaticanista italiano Marco Tosatti, publicada en 2010.
El P. Amorth también dedicó un libro al Santo Padre Pío de Pietrelcina, el sacerdote que tuvo los estigmas de Cristo y cuya fiesta se celebra el 23 de septiembre, titulado “Padre Pío: Historia de la vida de un santo”.
Actualmente está disponible en Netflix el documental “The Devil and Father Amorth” (El demonio y el Padre Amorth”), dirigido por William Friedkin, también director de la famosa película El Exorcista, de 1973.

2 mar 2019

Protección del exorcista

¿Qué reza un exorcista diariamente para protegerse del demonio?



La vida de un sacerdote exorcista es una lucha constante contra la acción del demonio en la que la oración es el medio fundamental de combate.
¿Qué reza un exorcista? Así respondió a ACI Prensa en 2017 el P. Doriam Rocha Vergara, uno de los sacerdotes más jóvenes del mundo dedicado a este ministerio y que tiene en su haber más de 300 exorcismos realizados en poco más de 7 años.
El sacerdote de 37 años, Párroco de la iglesia La Inmaculada Concepción en la diócesis colombiana de Valledupar, contó que, en general, “recibo muchos ataques. Los días que no hago exorcismos duermo bien y vivo bien. Sin embargo, los días que tengo sesiones son noches difíciles. Primero, siento una pesadez física y mucho sueño. Enseguida tengo que ir al Santísimo. Me cargo de tal manera que me pongo a la defensiva, el rostro se me desfigura como si tuviera rabia, me quedo sin voz”.

Ante la acción del demonio que obra tentando, provocando cambios de ánimo, enfermedad e incluso moviendo objetos, el sacerdote explicó que a veces le toca hacer “autoexorcismos”, que son oraciones que rezan los exorcistas para protegerse.
“Me toca utilizar los sacramentales, cuidarme de no recibir nada que me manden de la calle. En las noches no puedo dormir, me da taquicardias, se encienden las luces y otra cantidad de cosas”, continuó.
El P. Rocha nació el 14 de agosto de 1980 en el pueblo de María Angola, ubicado en el departamento del Cesar. Estudió el curso de liberación y exorcismo en el Pontificio Ateneo Regina Apostolorum en Roma, Italia, y luego hizo una especialización en ángeles y demonios.
“Los exorcistas que conozco realizan un exorcismo por semana. Yo los tengo permanentemente debido al sufrimiento de la gente”, relata.
“Si me preguntan ¿qué me llevó a ser sacerdote? Yo respondo: el ver sufrimiento de la gente. Yo no podría dormir tranquilo sabiendo que un alma se está perdiendo y el demonio está destruyéndola”, sostuvo.
Su vida espiritual
El presbítero asegura que no ve televisión en su cuarto, no tiene computadora, no bebe alcohol ni consume tabaco, y que las vestiduras clericales lo ayudan siempre en su misión porque “un sacerdote no solo debe serlo, sino también parecerlo, como dice el dicho”.
El exorcista de Valledupar se levanta a las 4:00 a.m. e inmediatamente reza un Rosario, a las 5:00 a.m. lleva una rutina de ejercicio. A las 6:00 a.m. reza el oficio solo o en compañía de otros sacerdotes; a las 6:30 a.m. reza laudes e inmediatamente después celebra la Eucaristía.
No hay ningún solo día en mi vida que no celebre la Eucaristía, con el pueblo o solo. Al lado de mi cuarto tengo una capilla, un oratorio donde está el Santísimo y la presencia de la Santísima Virgen María”, precisó.
Luego del desayuno, el presbítero se dedica atender a las personas, “que pueden ser entre 14 y 20 diariamente”.
“A las 12:00 p.m. rezo el Ángelus, a las 3:00 p.m. rezo la coronilla de la Divina Misericordia, a las 5:00 p.m. rezo las vísperas y a las 6:00 p.m. celebro la Misa de nuevo. Luego de eso estoy con las comunidades. Al finalizar rezo el Rosario nuevamente. Puedo rezar entre 3 a 4 rosarios diarios. Luego, voy directo al Santísimo Sacramento”, indicó.
El P. Rocha especificó que esa rutina sucede en un día normal, “porque los jueves hay exposición al Santísimo tanto en la mañana como en la tarde”.
“Cuando yo no puedo dormir en mi cuarto, duermo en el Santísimo. Antes de dormir cada día rezo las completas”, concluyó.
Un llamado
El sacerdote considera que Dios le ha concedido un don especial: cuando era un seminarista, él oraba y “la gente caía y se liberaba”. “A mí me daba miedo, primero que le vayan a decir al obispo, y segundo que no sabía que pasaba. Dios me había concedido el don de la sanación y la liberación”, aseguró.
Después de ese suceso, el entonces aspirante el sacerdocio habló con un exorcista que le aseguró que Dios le estaba mostrando lo que quería para su vida.
“Empecé a leer libros y prepararme. Luego, nombraron un exorcista oficial en mi diócesis. Le dije al Obispo la experiencia que había tenido en el pueblo y me dijo que lo primero que tenía que hacer era una carrera de santidad: que ayude al padre, al exorcista y haga carrera en santidad. Hace 7 años me concedió la gracia de ser exorcista y pertenezca a la Asociación Mundial de Exorcistas”, relató el presbítero.
El P. Doriam dijo que, a los 30 años, se sentía muy joven para dedicarse al ministerio del exorcismo pero que, si el Obispo le concedía esa facultad, entonces debía hacerlo: “si Dios quiere que sea instrumento de gracia, un instrumento de paz y de salvación, para liberar y ayudar a tanta gente, allí donde muchos de mis hermanos sacerdotes no creen, allí estaré”.
Para concluir, el sacerdote dijo que un buen exorcista necesita concentrarse en cinco aspectos: lo primero, “que sea humilde y que reconozca que no tiene ningún poder y todo viene de Dios. Segundo, que sea obediente a su Iglesia, a su obispo, a sus superiores. Tercero, que en su vida haya orden, vida de gracia, vida de oración, vida de santidad. Cuarto, que en su vida haya disciplina para comer, hablar, hacer los quehaceres cotidianos. Por último, el servicio que se presta. Si uno se dedica a la cura de almas, cúrate tú primero, no vaya a ser que curar la de muchos te terminas perdiendo”.