Padre Pio y demonio en el confesionario
El demonio buscó burlarse de Padre Pio en el confesionario.
Sobre el asunto que menciona el titular,
éste es el testimonio del Padre Pío que recogen sus biógrafos.
Un día, mientras yo estaba oyendo las confesiones, un hombre vino al confesionario dónde yo estaba.
Él era alto, guapo, vestido con algo de refinamiento y era amable y cortés.
Comenzó a confesar sus pecados; los cuales, eran de cada tipo: contra
Dios, contra el hombre y contra las morales. ¡Todos los pecados eran
molestos!
Yo estaba desorientado, por todos los pecados que él me dijo, y respondí.
Le traje la Palabra de Dios, el ejemplo de la Iglesia, la moral de los
Santos, pero el penitente enigmático se opuso a mis palabras
justificando, con habilidad extrema y cortesía, todo tipo de pecado.
Él vació todas las acciones pecadoras y él intentó hacerlas algo normal;
natural y humanamente comprensibles todas sus acciones pecadoras.
Y esto no solamente para los pecados que eran repugnantes contra Dios,
Nuestra Señora, y los Santos, él fue rotundo sobre la argumentación
sobre pecados morales más sucios y ásperos.
Las respuestas que él me dio con experimentada malicia me sorprendieron.
Yo me pregunté: «¿Quién es él? ¿De qué mundo viene él?» E intenté mirarlo bien, leer algo en su cara.
Al mismo tiempo concentré mis oídos en cada palabra, para darle el juicio correcto que merecían.
Pero de repente; a través de una luz vívida, radiante e interior yo reconocí claramente quién era él.
Con autoridad divina yo le dije: «Diga: ¡Viva Jesús por siempre! ¡Viva María eternamente!».
En cuanto yo pronuncié estos nombres dulces y poderosos, Satanás
desapareció al instante en un goteo de fuego, mientras dejaba un hedor
insoportable.
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