28 feb 2021

De satanista a sacerdote

 El satanista que se convirtió en sacerdote: la brecha abierta entre los espíritus que lo dominaban.


El padre Jean-Christophe Thibaut, de la diócesis de Metz, es un sacerdote francés de largo recorrido. Hijo de padres ateos y profundamente marxistas, desde niño empezó a coquetear con el esoterismo y el ocultismo hasta que en la adolescencia y juventud se introdujo completamente en el satanismo y la magia negra. Con un profundo espíritu anticatólico intentó arrebatar la fe a un compañero creyente, pero fue él quien sucumbió y experimentó una conversión relámpago que transformó su vida. De las garras del demonio pasó a las manos de Dios hasta llegar a enamorarse hasta tal punto que acabaría siendo sacerdote.

En estos momentos, el padre Thibaut se dedica entre otras cosas a atender espiritualmente a jóvenes, a los que también ayuda con su experiencia pasada y su conocimiento del mal que puede provocar el esoterismo. Pero además es escritor de varias novelas fantásticas, eso sí, completamente blancas, bajo el pseudónimo de Michael Dor.

Este sacerdote está espiritualmente muy vinculado al Hermano Marcelo Van, del que en ReL hemos ofrecido mucha información, y que se encuentra en proceso de beatificación. De hecho, en Ars, donde fue párroco San Juan María Vianney, este sacerdote francés fundó en 1999 la Fraternidad de los Misioneros del Amor de Jesús, según la espiritualidad del Hermano Van.

“Crecí en una familia de maestros ateos y simpatizantes comunistas. Mi padre era profesor de inglés, marxista-leninista; mi madre, pintora y profesora de arte, era maoísta. Sin embargo, nací en una maternidad católica en Lille en 1960 porque estaba cerca de casa. Y me bautizaron muy rápido como era habitual”, recuerda sobre su infancia.



En 1965 sus padres querían reconquistar la tierra y se fueron a una finca en medio del campo sin agua potable ni calefacción. Allí experimentó una profunda soledad e incluso tuvieron que llevarle a un psiquiatra.

El Mayo del 68 y su iniciación en el ocultismo

Pero llegó Mayo del 68 y sus padres enloquecieron con la “revolución”. “Mientras mis padres protestaban y levantaban barricadas, yo leía pues su biblioteca era muy diversa. Me hacía muchas preguntas existenciales, porque si Dios no existía, y sólo era una proyección del inconsciente del hombre, según me decían mis padres, y la religión era el ‘opio del pueblo’, yo tenía que encontrar respuestas en otra parte”, relata en su testimonio.

Este fue el momento en el que el pequeño Jean-Christophe Thibaut comenzó siendo niño a curiosear y a acercarse a ciencias oscuras. Empezó con la adivinación con el péndulo a través de la radiestesia.

De ahí pasó a la metempsicosis, según la cual el alma puede estar en varios seres, y de ahí a la hipnosis para querer volver a vidas pasadas. Sin saberlo se estaba introduciendo en caminos peligrosos y junto a un amigo empezaron a hipnotizarse el uno al otro llamando a los espíritus. Y éstos respondieron. “Los espíritus nos atravesaron, y surgieron poderes. Estábamos divididos entre el miedo y la fascinación”, reconoce.

Pero entonces, un día su amigo comenzó a hablar con voz adulta, Jean-Christophe le grabó y al reproducírsela se quedó pálido. Esta voz decía: “cualquiera que sea mi nombre…” y que según este sacerdote es una firma del diablo.

Así se fueron introduciendo en la magia. “Nos rendimos a su poder cuando, por boca de mi amigo, con los ojos cerrados y en la oscuridad de la habitación, adivinó las palabras que había escrito yo en una hoja de papel metida en un sobre cerrado”, recuerda.

Ya con 18 años estos espíritus malignos les dijeron que debían hacer un viaje. “Iríamos y vendríamos en el día, sólo tenía que levantar el pulgar para que un coche se detuviera y nos recogiera. Por orden de ellos profanamos una capilla. ¡Qué el Señor me perdone! Estos recuerdos todavía hoy me despiertan por las noches”, afirma el ahora sacerdote.

Esclavo de los espíritus malignos

Tras concluir el Bachillerato, Jean-Cristophe Thibaut querría haber estudiado Literatura pero afirma que estos espíritus “me exigieron que me matriculase en Psicología. ‘Es parte de un plan’, me explicaron”. Y obedeció.

“Cuando te introduces en la espiral del espiritismo te atraviesa por completo. Por eso digo a los jóvenes: ‘no la toquéis nunca’. Los espíritus se volverán tiránicos incluso en los más pequeños detalles de tu existencia, hasta el punto de prohibirte, por ejemplo, ¡cruzar una línea blanca en la calle!”, recalca el religioso.

Ya en la universidad se unió a la Liga Comunista Revolucionaria, porque en el plan de su vida la destrucción era necesaria también en el ámbito político y social. Era tal su punto de fanatización que incluso fue expulsado de esta organización por extremista.

Pero justo en ese momento estaba en pleno proceso de un encargo muy especial y que él acogió con gusto. La sala de esta organización comunista se encontraba justo encima de la capilla católica. “Esto nos irritaba especialmente porque había más gente entre los católicos que entre los nuestros. Como yo quería luchar el jefe me mandó ‘destruir lo católico’ pero con delicadeza, por infiltración…”.

Tras estudiar a sus enemigos católicos elaboró el plan. Entre ellos había un antiguo compañero del instituto llamado Christophe. Él se haría pasar por alguien que está en búsqueda y una vez en contacto con él le arrancaría su fe.

“Este chico tenía (eso creía yo) un defecto y lo sabía: su padre había muerto en un accidente automovilístico unos años antes. Sería fácil para mí atacarlo en este punto: ‘¿Dices que Dios es bueno cuando mató a tu padre?’. Si Christophe perdía la fe, todo el grupo la perdería. Iba a ser un trabajo rápido: este Dios que se hace hombre es bueno para los idiotas y las ancianas que necesitan tranquilizarse antes de morir. No será difícil hacerlo tambalear”, explica.

Así llegó este contacto. Un encuentro semanal de algo más de media hora con él. Tras prepararse todos sus argumentos anticatólicos se lanzaba en tromba contra él. Pero cada día tras este debate, el joven católico le contestaba: “Lo siento, todavía tengo fe”. Y esto irritaba a Jean-Christophe.




Una conversión tumbativa

Siguiendo esta línea de acabar con el enemigo acabó en un campamento, porque cabe recordar que se hacía pasar por un joven que estaba en búsqueda. En aquel campamento lograba escaparse de los tiempos de oración y de la misa. Pero el 17 de julio de 1979, nunca olvidará esa fecha, algo ocurrió en su interior.

“No sé exactamente por qué, pero me quedé en la oración de la tarde. Ya de noche, a las 22.30, recuerdo haber pensado: ‘¡estoy cansado de estar atrapado por los espíritus!’. Y luego: ‘hay algo hermoso y que transmite paz en estos cristianos’. Y de repente me encontraba de rodillas. Esta brecha en mi muro interior fue sin duda suficiente para el Espíritu Santo porque se precipitó por ella. ¡Estuve arrodillado dos horas! Cuando me levanté, era un creyente, un católico, creía todo lo que profesa la Iglesia, y ¡mi corazón rebosaba de alegría!”, confiesa en su impresionante testimonio.

El propio padre Thibaut asegura que su conversión fue “tan brutal como el camino a Damasco” de San Pablo, “pero el resto tardaría un poco más”. De hecho, explica que tuvo que “descubrir la Iglesia, desde la A hasta la Z: ¡ni siquiera sabía hacer la señal de la cruz! También necesité romper con ciertos hábitos mentales, como por ejemplo, dejar de buscar mensajes secretos en los Evangelios… Finalmente, debía renunciar claramente a los poderes mágicos. Me deshice de todos los grimorios (libros de magia) y objetos relacionados con las prácticas esotéricas”.

Además, acudió al sacramento de la confesión, “muy eficaz contra las ataduras”, y recibió una oración de liberación completa puesto que “a Satanás no le gusta que se le escape un alma que ha atado, por lo que hace todo lo posible por recuperarla jugando con sus debilidades…”. Por ello, este sacerdote recomienda “ponernos en los brazos de Cristo –en los sacramentos de su Iglesia- y estar acompañado por un sacerdote familiarizado con este tipo de prácticas”.

Finalmente, Jean-Christophe hizo la comunión a los 24 años y la confirmación a los 28. Mientras se producía todo esto se mudó con su familia a Metz y en la universidad se matriculó en secreto en Teología.

Llevaba una doble vida pues sus padres eran comunistas y profundamente anticatólicos. Decía que se iba al cine cuando en realidad acudía a misa. Hasta que lo confesó todo y les dijo: “Soy cristiano, hago Teología y he elegido a Cristo para siempre”.

La respuesta de sus padres estuvo llena de desprecio y además dejaron de pagarle los estudios. Pero él se puso a trabajar y continuó con Teología. Mientras tanto, el antiguo satanista caminaba en todo momento con una Biblia en su mano.

Las preguntas no tardaron en llegar:"¿No quieres ser sacerdote?". No, respondía siempre él resistiéndose a una llamada que sintió durante cinco o seis años. Finalmente, su vocación se impuso aunque antes de ingresar en el seminario contó a su obispo todo su pasado, sin ocultarle absolutamente nada, incluso la profanación de la capilla. Y así fue como tras estudiar varios años en Roma fue ordenado sacerdote en 1992.

Desde entonces ha sido un auténtico ciclón de la evangelización, especialmente entre los más jóvenes sabiendo lo vulnerables que pueden ser en ese momento y la ayuda que necesitan para vencer la tentación.



Sus padres eran unos idealistas y convencidos marxistas. Su catecismo ya no fue el de la Iglesia sino que le hacían aprender de memoria la doctrina comunista. Y así fue creciendo. En su habitación tenía un gran póster del Ché Guevara y otro con un puño en alto cerrado que decía: “El pueblo unido jamás será vencido”.


14 feb 2021

Exorcista en Rusia

José María Vegas, claretiano, lo explica en «Madrileños por el Mundo​​​​​​​» de Telemadrid

Misionero español y único exorcista en Rusia: «Antes era escéptico sobre esto, hoy creo totalmente»















“Madrileños por el mundo” es uno de los programas más conocidos y seguidos en la televisión pública de Madrid. En él un reportero visita una ciudad de cualquier parte del mundo que es mostrada a los telespectadores a través de los ojos de ciudadanos madrileños que viven en ella.








En uno de sus últimos programas la ciudad elegida era la rusa San Petersburgo. Y el madrileño que más tiempo estuvo en cámara no era otro que un sacerdote misionero, José María Vegas, un claretiano que lleva más de dos décadas en Rusia.

"Me apunté a una aventura"

En esta bella ciudad es profesor en el que es el único seminario católico en todo el país, atiende una parroquia, lleva un movimiento de matrimonios y también es el único exorcista que existe en toda Rusia, un ministerio que le encomendó el obispo hace más de ocho años.



En principio iba a estar en este país tres años pero ya no quiere volver. “Me apunté a una aventura sin saber dónde venía. Llegaba a lo que fuera. Mi congregación pidió voluntarios y yo me ofrecí. Y el provincial me avisó al día siguiente para que hiciera la maleta”, cuenta el padre José María sobre su llegada a Rusia.

Es el único exorcista en Rusia

Uno de los aspectos de los que se muestra más orgulloso es del movimiento Encuentro Matrimonial, carisma con el que trabaja en Rusia ayudando a los matrimonio y fomentando el amor y el diálogo entre ellos.

No eligió, sin embargo, ser el exorcista diocesano. “Un día me llamó el obispo y me dijo que había pensado que yo fuera el exorcista. Me quedé un poco sin palabras”, relata el misionero español.

Cuatro casos de posesión demoniaca

Durante la entrevista asegura que en estos años ha tenido cuatro casos de posesión demoniaca, es decir, los casos más graves.

José María Vegas habla del caso de una mujer en Moscú “que había estado muchos años vinculada a la adivinación con cartas de tarot y su marido también. Además, habían estado muchos años en temas de astrología y magia… Y entonces se acercaron a la Iglesia para ser católicos y ella empezó a tener problemas. No podía entrar en la iglesia, le entraban arrebatos de odio contra los iconos y los objetos sagrados y en los exorcismos había reacciones muy fuertes”.

También contó el caso de otra mujer bielorrusa que había acudido a numerosos curanderos y brujas porque quería quedarse embarazada y no lo conseguía. Esta persona, cuenta el exorcista, está ahora mucho mejor, pero tuvo muchos problemas.

La pregunta mental que el poseído respondió

“En una ocasión durante la oración ella decía ‘señor mío, señor mío’ en ruso. Y yo le pregunté mentalmente en español: ‘¿quién es tu señor?’. Ella me dice: ‘Me ha dicho que mi señor es Satanás’. Y además me contesta en español. Son casos que no puedes explicar de manera racional”.

El propio sacerdote confiesa que en el pasado “era muy escéptico” debido a la educación racionalista que recibe ahora la sociedad pero “practicando me he convencido de que no, lo creo completamente”.

Así realiza los exorcismos


A preguntas de la periodista de Telemadrid, el padre Vegas afirma que “yo lo que hago es rezar. Agarro la cruz, la estola y hay un ritual. Es un ritual muy sencillo. Empiezo con el ‘en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo… Bendices el agua y luego hay dos oraciones. Una oración dirigida a Dios pidiendo la liberación de la persona y otra dirigida al diablo donde se le manda que salga de la persona. Yo esta parte la hago en ruso”.


Afirma igualmente que ha tenido casos de grandes manifestaciones de poder físico por parte de la persona poseída y otros en los que le contestaban en lenguas que no conocían porque “no es ella la que habla sino el bicho que tiene dentro”.

El origen de su vocación

Durante el programa también habló con naturalidad del origen de su vocaciónVegas asegura que fue a los 18 años, “casi de repente”. Tras una crisis adolescente, “me vino el pensamiento de dedicarme completamente a Dios y a los demás. Me vino una especie de inspiración”. En el origen de la crisis que dio pie a su vocación estaba el noviazgo que había tenido con una chica, pero finalmente esta crisis fue el instrumento de Dios para la llamada al sacerdocio.

Eso sí, nunca ha “dudado” de que ser sacerdote era lo que Dios quería para él, aunque sí haya tenido “momentos de debilidad”. Pero servir a todos en el lugar que sea es para este madrileño lo mejor que le puede pasar.