31 ene 2017

Satanistas, volved a Dios


Vamos ahora a hablar del genero de hombres más desgraciados de todos cuantos hay sobre el mundo. Nada hay más espantoso que el que alguien sabiendo que existe el demonio, le adore. Es muchísimo mejor la suerte del ateo, pues al menos éste si creyera en la existencia del mundo espiritual, adoraría al Creador. Pero el servidor del mal sabe que existe este mundo espiritual y, aún así, elige recibir un poco de bien ahora, a cambio de su suerte eterna.

Y digo “un poco de bien ahora” porque es muy poco lo que el demonio da. Ya aquí en la tierra, los servidores del Maligno sufren las consecuencias del pecado: ira, tristeza, rabia, melancolía, odio, intranquilidad, continua ambición no satisfecha, continua hambre de más placeres. Y el demonio les concede poco, casi nada. Con ellos no es generoso ni en la tierra. Podría darles más, pero no quiere que gocen ni sus súbditos. Está dotado de sentimientos sádicos y no es bueno ni para con los suyos. Lo que sí que les suele inculcar en sus mentes es que les ha concedido lo que le han pedido. Pero es una idea irreal que él les mete en sus cabezas.

Recuerdo una mujer que vendió su alma al Diablo, me dijo: he vendido mi alma, sí, pero mire, tengo cuarenta años y parece que sigo en los dieciocho. La miré y callé, la realidad era terrible, físicamente estaba espantosa, más ella creía seguir gozando de una eterna juventud. Los que entregan su alma por gozar del sexo, no obtendrán más en ese campo que otros de su misma edad. Quizá el demonio tentará más a alguien para que se les entregue y tener contento a ese súbdito suyo. Pero las actuaciones del demonio sólo son por vía de tentación y allí acaba su poder. Contra alguien virtuoso, la tentación se estrella como contra una roca.

En fin, las personas entregadas al demonio deben saber que Dios creo todo y tiene pleno poder, incluso para reducir a la nada a todas las fuerzas del infierno.
Eso si, la persona debe arrepentirse de todo corazón de haber seguido el mal camino y volverse con todas sus fuerzas hacia el buen camino. Haya cometido los pecados que haya cometido, Dios que es un Padre le perdonará si se arrepiente y se esfuerza por cumplir los Diez Mandamientos.

La persona tendrá que orar mucho, repetir actos de arrepentimiento y de amor a Dios y confesar sus pecados a un sacerdote y recibir por la absolución la limpieza de su alma. Ahora bien, desde el momento en que uno renuncia al Diablo y ama a Dios y quiere obedecerle cueste lo que cueste, desde ese momento uno se ha escapado de las manos del demonio.

El demonio tratará de obsesionarle con la idea de que, puesto que se ha entregado al Diablo, ya no hay posibilidad de marcha atrás. Pero eso no es cierto. Aunque uno haya firmado un contrato firmado con la propia sangre, el contrato queda en papel mojado desde el momento en que uno se arrepiento y vuelve a Dios. Con la libertad uno puede hacer muchas cosas, pero lo único que no se puede hacer es renunciar a la libertad. Y eso el demonio lo sabe.

Sacerdote José Antonio Fortea.

28 ene 2017

Tristeza, fruto del demonio

Evagrio el monje.

Evagrio Póntico, o Evagrio el Monje, también apodado El solitario (345-399) fue un monje y asceta cristiano. Era muy conocido por sus cualidades de pensador, escritor y orador.


Todos los demonios enseñan al alma el amor por el placer: sólo el demonio de la tristeza se abstiene de ello. 
Por el contrario, destruye todos los pensamientos insinuados por los otros demonios, impidiendo al alma sentir cualquier placer, insensibilizándola con su tristeza. Es cierto lo que se ha dicho: que los huesos del hombre triste se tornan áridos (Pr 17:22). Y sin embargo, si se lucha un poco, este demonio sirve para fortalecer al solitario. Lo convence de no acercarse a ninguna de las cosas de este mundo ni a ningún placer. Si persiste en su lucha, genera en él pensamientos que lo inducen a alejar su alma de este tormento o lo fuerzan a huir de ese lugar. Tal es lo que ha pensado y sufrido el santo Job, atormentado por este demonio: Ojalá pudiera echar mano a mí mismo u otro, a mi pedido, así lo hiciera (Jb 30:24).
Símbolo de este demonio es la víbora, animal venenoso. La naturaleza le ha concedido, benevolentemente, el que pueda destruir los venenos de los otros animales, pero si la tomamos en estado puro, destruye la vida misma. Es a este demonio que san Pablo ha entregado el hombre de Corinto, que había pecado. Pero luego se apresura a escribir a los Corintios: Os ruego que confirméis vuestro amor por él, para que no sea consumido por la excesiva tristeza (Cf. 2Co 2:8-7). Y sin embargo, este espíritu que aflige a los hombres es capaz de ser portador de un arrepentimiento bueno. Y así también san Juan Bautista ha denominado "raza de víboras" a aquellos que han sido heridos por este espíritu, y que se refugiaban en Dios, diciendo: ¿Quién os ha enseñado ha huir de la ira que vendrá? Dad, pues, frutos dignos de arrepentimiento y no penséis decir dentro de vosotros: a Abraham tenemos por padre (Mt 3:7-9). Todo el que ha imitado a Abraham y se ha alejado de su tierra y de su parentela, se ha vuelto más fuerte que este demonio.
Si alguno es dominado por la cólera, está dominado por los demonios. Y si alguien le sirve, éste es extraño a la vida monástica, un extranjero en las vías de nuestro Salvador, dado que el mismo Señor nos dice que Él muestra el camino a los humildes. Por tanto, cuando el intelecto de los solitarios se refugia en la llanura de la mansedumbre, difícilmente puede ser poseído, ya que no hay otra virtud que los demonios teman más que la misma. Ésta es la virtud que había adquirido el gran Moisés, quien fuera conocido como el más manso de los hombres. Y el santo David ha declarado que esta virtud es digna del recuerdo de Dios: Acuérdate de David y de toda su mansedumbre (Sal 131:1).
Y también el Salvador mismo nos ha ordenado ser imitadores de su mansedumbre: Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón y hallaréis descanso para vuestras almas (Mt 11:29). Si alguno ha renunciado a manjares y bebidas, pero excita su cólera con malos pensamientos, ¡se asemeja a una nave que navega con un demonio como piloto! Con todas nuestras fuerzas debemos cuidar de nuestro perro y enseñarle a destruir sólo los lobos, sin devorar las ovejas, dando prueba de
mansedumbre hacia todos los hombres.

24 ene 2017

Cuidado con el esoterismo.


Los espíritus impuros sí que ven cuando uno, está hambriento de poderes extraordinarios. Por eso es muy importante tener rectitud de intención, no mezclar nada esotérico y nunca caer en nada ni lejanamente parecido al espiritismo.

Nada impide a estos espíritus impuros acercarse a aquellos que están deseosos de canalizar fuerzas y energías y que no tienen nada de vida espiritual. De ahí que, a menudo, los malos espíritus rondan a este tipo de incautos con deseo de convertirse en aprendices de mago.

No es normal que estas personas acaben sufriendo posesión. Pero el que se ha metido en el campo de los poderes psíquicos sin vida espiritual y ha hecho cosas raras, es decir esotéricas, muy a menudo sufre algún tipo de influencia de los espíritus impuros. Estos espíritus se mantienen ocultos, pero suelen transmitir una gran tristeza a su anfitrión.

Cuando un sacerdote ora por ellos y ordena a estos espíritus que se manifiesten si están allí, la persona siente naúseas, dolor en una parte del cuerpo, opresión en el pecho u otras manifestaciones. El espíritu estaba allí, en su cuerpo o alrededor, pero se mantenía oculto y sólo las oraciones hacen que se revele su presencia. A veces se mantienen ocultos durante años o toda la vida, pero impregnando la vida de la persona con sentimientos tales como la melancolía, miedos, crisis de ansiedad. Aunque el sentimiento más frecuente, sin duda alguna, que transmiten a casi todos los que padecen influencias es el de la tristeza.

La gente que se metió en este campo de las energías nunca quiso tener contacto con espíritus. Pero los espíritus sí que detectaron que esa persona estaba metiendo su mano en el campo de lo desconocido. Ella no llamó a los espíritus, pero los espíritus fueron a ella. Por eso, aunque en honor a la verdad tengo que afirmar que existen los poderes psíquicos, no animo a que la gente comience a desarrollar esos poderes de cualquier manera. Vida espiritual, una recta guía, rectitud de intención, humildad y no hacer nada esotérico es necesario para evitar males en un campo en el que después no se puede ir al médico.

Lo más característico de la posesión es que tras participar en un rito esotérico la persona sufra trances en los que emerge una segunda personalidad maligna.

De lo parapsicológico, se pasa a la magia, de la magia a la brujería, y de la brujería al satanismo. Nadie nunca se hizo satanista de golpe. Todos se transformaron paso a paso. Éste es un campo en el que fácilmente uno quiere más y más, se va perdiendo pie, pero uno sigue nadando más adentro en el agua.


Sea cual sea el fenómeno que sufra o crea estar sufriendo lo que nunca, jamás, se debe hacer es ir a un brujo para acabar con cualquiera de estos fenómenos (sea posesión, mal de ojo, etc, etc). Y cuando digo brujo me refiero también a videntes, curanderos, santones, etc. Sólo se debe ir a sacerdotes o a grupos de oración de la renovación carismática. Ir a un brujo no sólo no solucionará nada, sino que puede poner una influencia maligna donde no la hay.

No se debe uno fiar de los brujos porque tengan en su casa imágenes de la Virgen o de Jesús. Jamás por ese camino vendrá la solución sino el empeoramiento de su problema. Todo poder en esta materia fue entregado a los Apóstoles y quien busque la solución por una vía torcida comprobará que este mundo de poderes invisibles es real y que nunca debió sumergirse en él a experimentar a su propia costa.

Padre José Antonio Fortea.

16 ene 2017

Revelaciones del demonio

Habla el presidente de los exorcistas italianos.

Francesco Bamonte.

Un exorcista que está a la vanguardia en la lucha contra el diablo es el padre Francesco Bamonte. El exorcista de la diócesis del Papa dice que “Un comportamiento típico del diablo durante el exorcismo es hablar a menudo acerca de la destrucción y la aniquilación. Todo lo que es bello, bueno, sano, puro y armonioso puede ser burlado y en peligro de extinción y destrucción”, dice el exorcista. 
Particularmente notable es el odio del diablo contra el sacramento del matrimonio, los vínculos familiares y el afecto. 
“Él reacciona muy violentamente cuando se bendice el matrimonio de dos personas casadas o si se les invita a renovar sus votos matrimoniales”, dice Bamonte. 
Francesco Bamonte pertenece a la joven Orden de los Siervos del Corazón Inmaculado de María fundada en 1991; el Cordis Mariae Immaculati Servi es un orden de derecho diocesano. Nacido en 1960, el Padre Bamote fue ordenado sacerdote en 1990. Desde 2012 es Presidente de la Asociación Italiana de Exorcistas.
Inmediatamente después de su ordenación, se dirigió especialmente al Sacramento de la Penitencia para ayudar a las víctimas de las prácticas ocultas. En 1997 se convirtió en miembro de la Asociación Internacional de Exorcistas. Desde 2005 es profesor de la Universidad Pontificia Regina Apostolorum, en Roma, donde dirige el curso sobre Exorcismo y Oración de Liberación. A petición de varios obispos italianos y diócesis extranjeras, él instruye a los seminaristas sobre el tema de ocultismo y exorcismo y sus consiguientes problemas pastorales. También ayuda a los sacerdotes que son nombrados como exorcistas en su diócesis por el obispo.
QUIERE QUE LO ADOREN COMO A DIOS
Recordamos que en la reunión anual, en 2013, el exorcista italiano Bamonte pronunció un discurso notable. Él dijo:
“Una repetición en los exorcismos es la insistente demanda del demonio, que los hombres deben adorarle como si fuera Dios. El demonio no acepta ser criatura, se hace pasar a sí mismo por Dios, y él tiene interés de que la gente le ofrezca a él un culto que pertenece sólo a Dios. Durante el exorcismo, a menudo dice: ‘Oren para mí, pídanme a mí, yo soy dios, yo soy dios. Arrodíllate, cuando es invocado mi nombre. Soy todopoderoso. Llámame.’”

DESTRUCCIÓN DE LO BUENO
Otra característica esencial en el comportamiento del demonio durante el exorcismo, es que es muy común que hable de “destrucción y destrucción.” Todo lo que es “bueno, bello, sano, puro y armonioso” se cubre con mofa por el demonio. Él amenaza con destruirlo todo. El odio especial de las fuerzas demoníacas se aplica al sacramento del matrimonio y de la familia. 
El sacerdote habla de un exorcismo en la que el demonio le dijo:
“No me gusta la forma en que las mujeres están vestidas. Usted debe desnudarse aún más por lo que su sexo debe ser prevalente y pueda destruir a más familias.”
En otros exorcismos, el demonio habló de una manera muy metafórica de los órganos sexuales como el “centro del mundo”.
El diablo responde con “furia”, si el matrimonio de una pareja es bendecida o si los jóvenes quieren ser castos hasta el matrimonio. El diablo maldice esas decisiones de pureza y castidad como “basura”, dice el padre Bamonte.

ABORTO Y SEDUCCIÓN SEXUAL
Una característica sobresaliente de la “personalidad” del diablo es su “odio abismal”.
Él “disfruta con el mal en cualquier forma en que se produce.”
En un exorcismo, exclamó:
“Tomad este libro atroz del Apocalipsis que está escrito acerca de una mujer que da a luz. Yo siempre trato de comer a los niños ¿Sabes cómo…?”
Entonces el diablo describió con palabras aterradoras el asesinato en masa diario de miles de niños no nacidos que son asesinados por el aborto en el útero. También ilustró en todos los detalles, el abuso sexual atroz de los niños. 
Él siempre añade en sus declaraciones espantosas el horrible: “¡Cuánto me gusta eso!”, dice el padre Bamonte.
También dijo que él habló de cómo los jóvenes se destruyen con el uso de drogas o sobre los terroristas suicidas islámicos que se inmolan.

LOS PERVERTIDOS Y BURLADORES
“Es sorprendente, cómo él tuerce todo y vuelve boca abajo convirtiendo el mal en bien y el bien en mal. Cuando le ofrecí a él una reliquia, gritó: ‘¡Qué hedor!’ Es es cómo él lo ve. Con Él, quiere decir Jesucristo, cuyo nombre nunca pronuncia por desprecio y odio. Cuando le mostré un rosario, dijo ‘cadena maldita con la cruz en el extremo’. Cuando lo rocié con agua bendita, los poseídos, el diablo, protestan airadamente: ‘No me puedes lavar con el agua, que apesta y quema’. Cuando dije las palabras sobre un poseído ‘Bendice Señor este hermano’ el diablo gruñó inmediatamente, ‘¡él será condenado, yo lo llevaré al infierno!’”
El exorcista continuó:
“Cuando llegué a las palabras, ‘inimìce fidei, hostis, umani generis, adducto mortis’ en el curso de una exoricismo, el demonio dio toda su devoción por el mal y para que el mal sea reconocido: ‘el poder del mal será nuestro altar en el que vamos a sacrificar la vida de tus malditos hijos e hijas en este altar, vamos a derramar la sangre de tus malditos hijos e hijas. Hay un dios para los que odian, y ese dios es mi dios’“

“EL ODIO DE LA GENTE ME ALIMENTA”
El diablo muestra su verdadera cara durante los exorcismos. Él debe ser visto para revelarse a sí mismo tal como es, como quien constantemente quiere dividir a la gente en contra de unos a otros. Él goza del odio entre las personas y anhela la malignidad humana.
“este es el alimento que me nutre y me fortalece”, le había contestado una vez, dijo Bamonte.
“Muchas veces”, dice el exorcista, “he oído al demonio en perfecto acuerdo con las enseñanzas de la Iglesia que el mal es una decisión libre de un hombre. Él también tuvo que admitir que él no puede hacer nada en contra de la voluntad del hombre, si él se opone a la gracia que lo apoya. Él es, como lo explica claramente una y otra vez, el gran tentador que quiere tentar a la gente siempre: ‘Nuestro deber es tentar, siempre, a cualquier persona, en cualquier lugar y bajo cualquier circunstancia. Algunos son atrapados en nuestra red, algunos para siempre’.
EL PODER DE LA ORACIÓN Y DE LA SAGRADA LITURGIA
El exorcismo demuestra la potencia inmediata de la oración, dice el exorcista de la diócesis de Roma.
“El exorcismo es una acción litúrgica y por lo tanto una oración de la Iglesia. El exorcista no hace nada en su propio nombre, sino todo en el nombre de Jesucristo y de la Iglesia. Cuando vemos lo mucho que este rito perturba al diablo y los demonios y lo derrota, entonces nos damos cuenta de todas las otras acciones litúrgicas de la Iglesia, la oración y la gracia que ellas obtienen en forma más potente. Eso realmente nos debe animar a orar, a hacer uso de los Sacramentos, acudir a la Santa Misa”. 
“En un exorcismo, el demonio tuvo que admitir, ‘aparentemente obligado por Dios’ y decir: ‘Si ustedes vivieran de rodillas delante de Él y le adoran y cantan alabanzas, como lo hacen los ángeles, no tendríamos todo el poder, el que usted nos da sobre usted’“.

12 ene 2017

Tentaciones y demás...

Entendemos por demonologia, como el estudio sobre la naturaleza y cualidades de los demonios. En el post de hoy voy a escribir sobre las definiciones de las acciones de los demonios con relación a nosotros.

El sacerdote español José Antonio Fortea, lo define de la siguiente manera;

Frente a los ataques preternaturales (demoníacos), podemos citar tres tipos de maneras esenciales en las que las entidades atacan a los hombres;

  1. .- La tentación.
  2. .- La influencia externa.
  3. .- La influencia interna.

1.- La tentación

Es la manera mas constante como nos ataca el demonio. Consiste en la constante influencia en sus asedios, invitaciones, sugerencias, y esfuerzos por hacernos caer en el pecado. La tentación es la lucha cotidiana en la que el cristiano tiene que enfrentar al maligno. El demonio se vale de personas, situaciones, cosas; de pensamientos, deseos, de lo que es un deleite a los sentidos, etc, con el fin de debilitarnos y hacernos caer.

Para contrarrestar estas acciones demoníacas, se recomienda; 

Oración diaria, vida sacramental, lectura de la Palabra de Dios (Bíblia) rezar el santo rosario, caridad y ayuno.

2.- La influencia externa

Antes se le conocía como opresión o vejación demoníaca. Los exorcistas han concluido que llamarle influencia externa es mas preciso. Esta consiste en un ataque mas frontal por parte del demonio. Se confirma  este tipo de influencia cuando la persona ve sombras, escucha ruidos, ve bultos, figuras o siluetas, siente que le tocan; hay plagas de bichos, como cucarachas o gusanos, etc. Se llama externa , precisamente porque se ve, se percibe con los sentidos y otros pueden ser testigos de ello.

Para contrarrestar estas acciones demoníacas, se recomienda;

Oración de liberación, que puede realizar un sacerdote o uno o mas laicos con un equipo de liberación. Según el tipo de influencia, el equipo de liberación determina el proceso de acompañamiento y oración que se necesitan.

3.- La influencia interna

Este tipo de influencia era conocido como obsesión demoníaca. Consiste en un ataque frontal del demonio pero vailéndose de la sensibilidad de la persona, exacerbándola de tal manera que la persona sufre de forma interna, psicológica. Puede manifestarse por medio de visiones y sueños, de enfermedades inexplicables, sentimientos de frustración, agudos, de rabia, odio, soberbia, ansiedad extrema, deseos de suicidio, y/o voces que le invitan a tal cosa o a hacerle daño a otras personas, etc.

Para contrarrestar estas acciones demoníacas, se recomienda;

Oración de liberación, que puede realizar un sacerdote o uno o mas laicos con un equipo de liberación. Según el tipo de influencia, el equipo de liberación determina el proceso de acompañamiento y oración que se necesitan.

Hay una cuarta forma de ataque del demonio, que es la posesión. Esta es menos frecuente y de hecho los exorcistas afirman que de cada 100 casos, solo uno o dos son posesiones reales. Siempre las personas son mas afectadas por influencias variadas. Y cada influencia puede abarcar distintos o mas fenómenos o signos que los mencionados aquí.

La posesión consiste en un ataque directo sobre la persona por parte del demonio; éste adquiere poder de controlar la voluntad de la persona, pero no puede dañar el alma o la parte espiritual. Controla el ser el cuerpo y los pensamientos, pero el íntimo vínculo con Dios le es intocable.

Para contrarrestar estas acciones demoníacas, se recomienda;

Exorcismo, realizado solo por un sacerdote debidamente autorizado por el obispo.


Post realizado por un colaborador del sacerdote Fortea.