"Normalmente los que vienen a pedir ayuda no son creyentes"
Joan Prat, exorcista de la diócesis de Vic, en los estudios de Radio Barcelona / Cadena SER
Asegura que "el demonio existe, como los ángeles. Seres espirituales con entidad personal"
Joan Prat es exorcista de la diócesis de Vic (Barcelona) y en una entrevista en SER Catalunya ha referido con mucho sentido del humor cómo es su actividad “cuando voy con el maletín y veo mi sombra, me asusto a mí mismo”
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El sacerdote ha explicado que la película de William Friedkin, de 1973, “refleja una serie de tópicos, pero es verdad que la posesión afecta a una persona y reduce su capacidad de ser él mismo. Son afecciones que no sabemos bien qué son. Se dan cosas parecidas a las de la película. Una violencia extraña, que el afectado diga cosas íntimas de personas que hay en la sala. Cosas inmediatas de hace pocos días”
Prat apunta que incluso hay psiquiatras que le envían pacientes: “Estamos hablando de cosas hiperexcepcionales. Y al principio se pasa miedo porque nos sobrepasan, no estamos preparados”
El sacerdote subraya que “normalmente lo que vienen no son creyentes. Y buscan quién les puede ayudar, el último recurso. Los casos más claros son de gente que no es creyente. Yo he exorcizado ateos que al final dejan de serlo”
El exorcista dice que “mucha gente recurre a prácticas muy extrañas que invocan y provocan al demonio. Algo que parece contraproducente. Tanto en otras culturas como en la nuestra se dan estas prácticas que hacen que el demonio accione. La gente está desesperada, también la falta de fe les lleva a pseudoreligiones con prácticas sin mucho sentido. Buscan y encuentran cosas extrañas”
Respecto a su actuación, Joan Prat explica que el exorcismo “es un rito muy sencillo, rezar y seguir el ritual. Una plegaria calmada del sacerdote. Y el demonio se manifiesta e incluso a veces puedes hablar con él, a veces dicen cosas que la persona no sabe. El demonio habla a través de la persona. Pero es un mentiroso que intenta engañarte.”
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Lleva 4 años de exorcista oficial en la diócesis de Vic (450.000 habitantes en la Cataluña central) y ya ha visto muchas cosas inquietantes.
"Hay gente que practica espiritualidades extrañas, que buscan y quieren saber cosas del más allá, y entran en ritualizaciones extrañas. Hay muchas cosas mezcladas. Hay personas que caen en sectas, que entran en esoterismos extraños y que llaman a puertas muy raras", comenta.
En buena parte, su trabajo en la prisión o en las tareas exorcísticas se parece, y también se parece a un psicólogo: consiste en dedicar muchas horas y días a hablar con personas heridas, angustiadas y con miedos.
Cuando el psiquiatra y el médico se asombran
En el trabajo exorcístico, colabora con psicólogos y psiquiatras. "Hay un momento que el mismo psiquiatra llega a decir: 'ya no sé, no veo el por qué'", explica Prat, refiriéndose a la causa de los síntomas de los oprimidos por el diablo.
"Cuando en un caso extremo, una persona queda liberada solo usando la oración, para muchos médicos es motivo de sorpresa y admiración y de reconocimiento de este trabajo", señala el exorcista.
Lo primero que Prat deja claro es que "el diablo quiere apartarnos del amor de Dios. Quiere que nosotros actuemos directamente haciendo el mal".
Otra cosa es su acción extraordinaria, "misteriosa y extraña, es excepcionalísima", constata.
Los exorcistas, detalla el de Vic, son muy estrictos a la hora de preservar la intimidad de las personas que solicitan su ayuda, que cada vez son más.
Fuentes de la Iglesia confirman a TV3 que cada una de las diez diócesis con sede en Cataluña (España) ya tienen su exorcista oficial, algo que pidió el Papa Francisco a inicios de su Pontificado y se ha ido cumpliendo.