20 jun 2015

Carta al obispo solicitando exorcista


A continuación se transcribe un modelo de carta dirigida al Obispo que en su Diócesis no haya aun designado un exorcista. Es importante que los laicos le hagan saber de la carencia, fundamentando su pedido. La carta puede ser completada con otros datos, y adecuada a la localidad y Obispado de que se trate.
Lugar y fecha
S.E.R. MONS. NNNNNNN
OBISPO DE (LOCALIDAD)
S/D
 
NNNNNN (Nombre y apellido de la persona que se presenta), con Documento de Identidad NNNNNNNNNNN, fiel laico de la diócesis con domicilio en calle NNNNNNNNNNNNNNNNNNN, ante S.E.R. se presenta y como mejor proceda muy respetuosamente manifiesta:
 
Que en ejercicio de mis derechos como fiel laico de la diócesis, dirijo a S.E.R. la presente, a los efectos de solicitar designe a un Presbítero como exorcista, para los casos que se puedan presentar en la diócesis.
 
 Que según el Canon 1172 del Código de Derecho Canónico de la Iglesia, “Sin licencia peculiar y expresa del Ordinario del lugar, nadie puede realizar legítimamente exorcismos sobre los posesos. El Ordinario del lugar concederá esta licencia solamente a un presbítero piadoso, docto, prudente y con integridad de vida.”
 
La solicitud está dirigida para permitir que el Presbítero designado realice realizar exorcismos sobre los posesos en el territorio de la Diócesis, con todas las obligaciones y derechos que le corresponden de acuerdo al Código Canónico y al derecho particular.
 
El pedido también se fundamenta en la abundancia de sectas y de laicos que muchas veces pretenden utilizar el ritual del exorcismo por su cuenta, o que para concurrir a buscar un exorcista se debe viajar a otras diócesis distantes. Desde hace algunos años, ciertos grupos eclesiales multiplican reuniones para orar con la intención de obtener la liberación del influjo de los demonios, aun cuando no se trate de exorcismos propiamente dichos. Tales reuniones son efectuadas bajo la dirección de laicos, incluso cuando está presente un sacerdote.
 
Conforme a la Carta de la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre los exorcismos, la misma refiere: “El canon 1172 del Código de Derecho Canónico declara que a nadie le es lícito realizar exorcismos sobre personas posesas, a no ser que el Ordinario del lugar haya concedido licencia peculiar y expresa para ello (§ 1), y determina también que esta licencia sólo puede ser concedida por el Ordinario (Obispo) del lugar a un presbítero piadoso, docto, prudente y con integridad de vida (§ 2). Por consiguiente se invita a los Obispos a urgir el cumplimiento de estos preceptos”.
 
“De estas prescripciones se sigue que no es lícito a los fíeles cristianos utilizar la fórmula de exorcismo contra Satanás y los ángeles apóstatas, contenida en el Ritual que fue publicado por orden del sumo pontífice León XIII; mucho menos les es lícito emplear el texto entero de este exorcismo. Los Obispos procuren amonestar a los fieles sobre este asunto cuando sea necesario”.
 
El referido documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe consigna que “Por las mismas razones, se ruega a los Obispos que velen para que –aun en los casos que, excluida la auténtica posesión diabólica, parezcan revelar algún influjo del diablo– personas sin la debida autorización no dirijan reuniones en las cuales se hagan oraciones para obtener la expulsión del demonio, oraciones que directamente interpelen a los demonios o traten de conocer la identidad de los mismos”.
 
El documento, firmado por el Papa emérito Benedicto XVI cuando ejercía el cargo de Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, concluye afirmando que “Es necesario recordar lo que la Tradición de la Iglesia enseña respecto a la función propia de los Sacramentos y a propósito de la intercesión de la Bienaventurada Virgen María, de los Ángeles y de los Santos en la lucha espiritual de los cristianos contra los espíritus malignos.”
 
Todo lo expuesto, justifica y muestra la necesidad de designación de un exorcista en la diócesis
Agradeciendo desde ya su atención, lo saluda con la mayor de las deferencias en Cristo Rey y María Reina
 
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4 comentarios:

Helen dijo...

Administrador cree usted que esta carta podria modificarse un poco y podria utilizarse como un pedido al obispo a que se tome en serio los exorcismos. Existen casos donde esta asignado un exorcista en la parroquia, pero este no toma en serio su trabajo y es como si no existiera el exorcista asignado en la parroquia. Gracias

Foro sobre Exorcismo dijo...

Claro! Puede modificarse y enviarse para informar de una injusticia. Y si el obispo no hace caso, al Nuncio o al Papa de Roma. Me da pena y tristeza los que pudiendo, no ayudan, un día tendrán que rendir cuentas ante Dios.

Aún y así, creo en la misericordia de Dios y por otro medio resuelve los errores humanos.

Dios siempre abre la puerta al que le llama.

Dios nos ama, Dios provee, Dios ES.

Foro sobre Exorcismo dijo...

Un amigo mío, religioso, ha visto mi comentario anterior y me ha dicho que quizás sea un poco fuerte. Y lo admito, lo es pero si ante una injusticia, o peor por comodidad no se ayuda como se debe, la persona afectada i /o sus familiares tienen derecho a quejarse, yo al menos lo expresó así, porque me pongo en la piel del sufriente desatendido injustamente. No es atacar a nadie, es buscar una solución desde la caridad.

Se de lugares donde habían sufrientes y por las quejas de varios posesos, se nombraron exorcistas, si la gente se calla o no se queja no se pone remedio.

Y esa gente necesita ser atendida.

Nos piden respeto y orden, pero si no hay medios, ?que hacemos? Pues pedir que se actúe dentro del orden, es lo más lógico.

Bueno, quería aclarar esto y desde la caridad.

Pero no se puede mirar para otro lado, porque a nosotros no nos afecte

Bendiciones.

Helen dijo...

Gracias Administrador por la aclaración. Uno puede quejarse utilizando un poco de diplomacia, pero siempre uno debe buscar encontrar la solucion al problema. Siempre digo que cuando queremos hacer ejercer nuestros derechos como individuos de la sociedad podemos recurrir a los tribunales y ejercer nuestros derechos pero, sin entrar en polémicas, cuando se trata de nuestros derechos como miembros de la Iglesia quedamos un poco desamparados.