Mensaje privado dado por Nuestro Señor Jesucristo a Monseñor Ottavio Michelini entre 1974 y 1978.
Si el Obispo es verdaderamente santo no le faltará ni la sensibilidad de comprender, ni la Gracia de actuar eficazmente sobre quien sufre de maleficio, pero si no es santo, ni ve ni comprende; por lo que él mismo tendría necesidad de que se le ayudara con un exorcismo.
Hijo mío, para afrontar al Enemigo a cara descubierta se necesita fe, valor, fuerza y otros dones que no tienen sus raíces en la soberbia, sino sólo en la humildad; tú podrías buscar por todas partes, pero un bravo y fuerte exorcista lo encontrarás sólo entre los humildes, jamás entre los soberbios; un bravo exorcista jamás lo encontrarás entre los hambrientos de prestigio, de riquezas, de comodidades, sino sólo entre los pobres; porque quien ama el prestigio y las comodidades que ofrece el mundo no es nunca de Dios y no podrá nunca estar en grado de realizar un genuino apostolado todo dirigido a la Gloria de Dios y al bien de las almas.
El exorcista verdadero, que verdaderamente puede obrar con éxito y que, como ha sido dicho en un mensaje anterior, casi nunca conoce los frutos de su obrar, es aquel que está dispuesto a aceptar, y gustoso acepta, el sufrimiento como don de Dios y como arma esencial e indispensable para su lucha, arma que atemoriza y espanta al Adversario, y esto es para el exorcista ya parte del éxito a que tiende.
Hijo mío, en gran parte los capciosos pretextos por los que muchísimos Obispos ya no exorcizan encuentran en esto su explicación; he dicho que es tiempo de hablar sin velos y sin sobreentendidos, pues bien ¿qué éxito podría tener sobre el Enemigo uno que es ya presa del mismo y su prisionero?
En mi Iglesia regenerada no quiero incrustaciones de ningún género; todo debe volverse puro y limpio, como era al principio.
El Oficial que en guerra no precede a sus soldados no es un buen oficial y no puede aspirar a la victoria; la victoria no es de los viles sino de los valientes.
Monstruoso y culpable engaño
La hora de la liberación de un alma golpeada por un maleficio está siempre determinada por la Voluntad Divina y puede ser anticipada por la colaboración, la fe y el deseo de liberación del afectado, o puede ser prolongada por la falta de colaboración, de fe y del deseo de ser librado, o también por la acción maléfica aún en acto por parte de quien ha procurado el maleficio.
El maleficio también puede ser mantenido o prolongado por un Designio misterioso de Amor, dirigido a salvar almas relacionadas con el maleficiado en un plano particular de salvación.
*Nota del administrador; veo este escrito de interesante lectura y valoración.
2 comentarios:
Gracias Administrador. Muy interesante el articulo y muy verdadero, especialmente lo que senala al final, pero siempre es tan importante la fe y la humildad del exorcista. Gracias!!
Helen, gracias a ti por visitar este blog.
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