Preocupación por el auge de las prácticas ocultistas en México
El culto hacia la Santa Muerte, la hechicería, la asistencia a reuniones espiritistas, el juego de la ouija, el esoterismo, entre otras prácticas “oscuras”, son temas que preocupan a la Iglesia Católica, reconoció el padre exorcista Pedro Mendoza Pantoja. Así lo cuenta el diario mexicano Tribuna, de Campeche.
Admitió que cada vez hay más personas que se sienten atraídas hacia estas actividades “ocultas” debido a que el núcleo familiar dejó de ser parte fundamental de la evangelización. Mendoza Pantoja, quien lleva más de 28 años como exorcista, afirmó que actualmente la Iglesia está resurgiendo y con ello la adoración a lo oculto y todo contacto con lo oculto es extremadamente peligroso.
Reconoció que en la materia de exorcismos los obispos y sacerdotes mexicanos “estamos en pañales. Necesitamos entender por qué la gente recurre a lo oculto, y saber hallar la diferencia de cuándo se trata de una posesión demoniaca o un trastorno mental”. Explicó que a su parroquia llegan “muchas” personas que creen estar poseídas por el demonio, pero sólo “tienen la mente trastornada. Me hacen su show, me han abofeteado cuando ordeno que el demonio salga de ellos, también han hecho lagartijas al revés, se golpean y se ponen como locos”, pero sólo son almas angustiadas.
Ejemplifica que las sesiones de espiritismo pueden dejar a la gente vulnerable a problemas psicológicos hasta creer que ven cosas sobrenaturales o que “el diablo se les ha metido en su cuerpo y alma, o piensan que otra persona está poseída por el demonio”. Prueba de la peligrosidad de estas actividades “ocultas” es el homicidio, en Veracruz, de dos menores que fueron asesinados (durante una sesión espiritista) por sus padres, quienes convencidos por una hechicera, creían que sus hijos estaban poseídos por el diablo.
Pedro Mendoza Pantoja dijo que el culto hacia la Santa Muerte, la hechicería, la asistencia a reuniones espiritistas, el juego de la ouija o el esoterismo “no hacen más que trastornar la mente de las personas, pero también dejan la puerta abierta para que entre el demonio”.
“El origen de todo es la desintegración familiar, es decir, la forma en cómo los mexicanos estaban conservando y transmitiendo de una manera vivencial el catolicismo en la familia, de generación en generación ha desaparecido”, lamentó. La adivinación, magia negra, hechicería, consulta de mediums, espiritistas, es la garantía de que nos encontramos ante un ambiente dañino de la pureza de la presencia de Dios, apuntó.
Sin embargo, Mendoza Pantoja confiesa que los obispos tienen miedo de encarar un exorcismo, de elegir al sacerdote idóneo que ayude a una persona poseída. “Ellos se preguntan: ¿cómo voy a encargar a alguien una misión así, si yo mismo no sé cómo hacerlo?”. Por otra parte, dijo que las armas que tiene el cristiano para atacar al demonio pueden ser muchas y muy variadas, requieren de la fe en Dios para usarlas como medios para un único fin, que es, atacar al maligno.
El cristiano, junto con su fe, que es sinónimo de la fuerza espiritual o presencia del que todo lo puede, Dios, elimina la presencia o el ataque demoniaco, tanto en la persona como en las cosas infestadas. Las prácticas religiosas a las que se refiere son: la confesión, la santa comunión, la señal de la cruz, pronunciar el nombre de Jesús y, en cuanto a los objetos bendecidos, considera el agua bendita, las velas bendecidas, vestidos, aceite, sal y pan, así como reliquias y las imágenes de los santos. Asimismo, propone como armas ordinarias, la oración, el ayuno y los sacramentos; mientras que el arma extraordinaria para él, es el exorcismo.
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