De vez en cuando, escribo un post creado por mi a mano alzada, y hoy es también el caso, me siento inspirado y animado a hacerlo.
Marcos 7, 16-20
16 Por sus frutos los reconocerán.
¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los cardos?
17 Así, todo árbol bueno produce frutos
buenos y todo árbol malo produce frutos malos.
18 Un árbol bueno no puede producir frutos
malos, ni un árbol malo, producir frutos buenos.
19 Al árbol que no produce frutos buenos se
lo corta y se lo arroja al fuego.
20 Por sus frutos, entonces,
ustedes los reconocerán.
Hoy me vengo a referir como en aquel caso de los efectos malignos que recíbe aquel que se arrima a un arbol malo, como es el caso de aquel post sobre la posesión consentida, clique aquí.
El início de este post me vino tras la lectura sobre simon el mago donde a este mismo le dijo San Pedro, en los hechos de los apóstoles 8,23:
..porque veo que estás sumido en la amargura de la hiel y envuelto en las ataduras de la iniquidad».
Muy importante esto, aquí se describe como se sienten los seguidores y servidores de satanás. También se ve esto en los afectados por el maligno y que fieles a Dios le piden su sanación. No hay paz, tranquilidad y felicidad, el fruto malo se hace sentir de una forma muy clara y precisa.
Aquí añado el texto completo de las esacrituras:
9 Desde hacía un tiempo, vivía
en esa ciudad un hombre llamado Simón, el cual con sus artes mágicas tenía
deslumbrados a los samaritanos y pretendía ser un gran personaje.
10 Todos, desde el más pequeño
al más grande, lo seguían y decían: «Este hombre es la Fuerza de Dios, esa que
es llamada Grande».
11 Y lo seguían, porque desde hacía tiempo
los tenía seducidos con su magia.
12 Pero cuando creyeron a Felipe, que les
anunciaba la Buena Noticia del Reino de Dios y el nombre de Jesucristo, todos,
hombres y mujeres, se hicieron bautizar.
13 Simón también creyó y, una vez bautizado,
no se separaba de Felipe. Al ver los signos y los grandes
prodigios que se realizaban, él no salía de su asombro.
14 Cuando los Apóstoles que
estaban en Jerusalén oyeron que los samaritanos habían recibido la Palabra de
Dios, les enviaron a Pedro y a Juan.
15 Estos, al llegar, oraron por
ellos para que recibieran el Espíritu Santo.
16 Porque todavía no había
descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente estaban bautizados en el
nombre del Señor Jesús.
17 Entonces les impusieron las
manos y recibieron el Espíritu Santo.
18 Al ver que por la imposición
de las manos de los Apóstoles se confería el Espíritu Santo, Simón les ofreció
dinero,
19 diciéndoles: «Les ruego que
me den ese poder a mí también, para que aquel a quien yo imponga las manos
reciba el Espíritu Santo».
20 Pedro le contestó: «Maldito sea tu dinero
y tú mismo, Porque has creído que el don de Dios se compra con dinero.
21 Tú no tendrás ninguna participación en ese
poder, porque tu corazón no es recto a los ojos de Dios.
22 Arrepiéntete de tu maldad y ora al Señor:
quizá él te perdone este mal deseo de tu corazón,
23 porque veo que estás sumido
en la amargura de la hiel y envuelto en las ataduras de la iniquidad».
24 Simón respondió: «Rueguen
más bien ustedes al Señor, para que no me suceda nada de lo que acabas de
decir».
25 Y los Apóstoles, después de
haber dado testimonio y predicado la Palabra del Señor, mientras regresaban a
Jerusalén, anunciaron la Buena Noticia a numerosas aldeas samaritanas.
2121 La simonía (cf Hch 8, 9-24) se define como la compra o venta de cosas espirituales. A Simón el mago, que quiso comprar el poder espiritual del que vio dotado a los Apóstoles, Pedro le responde: “Vaya tu dinero a la perdición y tú con él, pues has pensado que el don de Dios se compra con dinero” (Hch 8, 20). Así se ajustaba a las palabras de Jesús: “Gratis lo recibisteis, dadlo gratis” (Mt 10, 8; cf ya Is 55, 1). Es imposible apropiarse de los bienes espirituales y de comportarse respecto a ellos como un poseedor o un dueño, pues tienen su fuente en Dios. Sólo es posible recibirlos gratuitamente de Él.
Las cosas de Dios, siempre son buenas.
FRUTOS DEL ESPÍRITU SANTO
Del Catecismo:
1832 Los frutos del Espíritu son perfecciones que forma en nosotros el Espíritu Santo como primicias de la gloria eterna. La tradición de la Iglesia enumera doce: ‘caridad, gozo, paz, paciencia, longanimidad, bondad, benignidad, mansedumbre, fidelidad, modestia, continencia, castidad’ (Ga 5,22-23, vg.).
6 comentarios:
Nos explicaría la inmundicia por favor
Me gustaría tener un alma con esas virtudes, y abandonar mi vida de pecado y vicio
Oremos para q el espíritu Santo le de esos dones. Pidalos también.le cambiará la vida. (En la renovación carismática católica el espíritu Santo se derrama y da sus dones)busque un grupo de oración y trate de ir a uno de esos retiros y verá lo q Dios hace allí.(hay uno en julio,creo.la Asamblea Nacional en Madrid ).crealo,allí hemos sido sañados por Dios,de muchas cosas.adicciones y enfermedades etc.incluso de heridas emocionales q tal vez no sabemos,pero Dios sí y allí sana.Dios les bendiga.
Inmundicia
Del lat. immunditia.
1. f. suciedad (2, cosa que ensucia).
2. f. Impureza, deshonestidad.
Lucas 11
24 Cuando el espíritu inmundo saliere del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo; y no hallándolo, dice: Me volveré á mi casa de donde salí. 25 Y viniendo, la halla barrida y adornada. 26 Entonces va, y toma otros siete espíritus peores que él; y entrados, habitan allí: y lo postrero del tal hombre es peor que lo primero.
Gracias. Creo que me veo en un espejo. Por mi inconsciencia, por no conocer o no haber conocido la escritura. Porque antes quizás no me planteaba bien la fe.
Me llama poderosamente la atencion el.versiculo 16...
Miguel
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