Santa María, madre de Dios y de todos nosotros.
Una mañana de 1985, el cardenal Ugo Poletti, vicario de Juan Pablo II como obispo de Roma, llamó a un sacerdote paulista nacido en 1925, el padre Gabrielle Amorth, para encomendarle una misión: ser el exorcista de la diócesis de Roma.
En estos veintisiete años, el padre Amorth reconoce haber realizado más de cincuenta mil exorcismos. Por tanto, nadie mejor que él en todo el mundo para explicar qué este ritual del exorcismo, en un momento en el que, en la práctica, está olvidado incluso en el seno de la Iglesia.
-Padre Amorth, ¿qué es un exorcismo?
-El exorcismo es una oración pública de la Iglesia que se hace con
la autoridad de la Iglesia, porque la hace un sacerdote designado por el
obispo; es una oración de liberación del demonio, de su influencia maligna o del mal provocado por él.
-En la actualidad hay muy pocos exorcistas, ¿No son necesarios?
-Durante trescientos años la Iglesia ha abandonado los exorcismos.
Los motivos son diversos y los explico en el libro Habla un exorcista.
Sin embargo, en cada diócesis debe haber uno ¡como mínimo!
Pero ¿cómo los va a haber, si la gente no cree en el Demonio, incluso
gente de Iglesia, como sacerdotes y obispos? Es necesario saber que el
obispo que no proporciona la ayuda espiritual necesaria a un fiel con un
problema demoníaco está pecando gravemente.
-¿Por qué permite Dios una posesión o un mal demoníaco?
-Hay gente a la que he tratado que va a misa, reza y hace ayuno. Yo
les pregunto: “Si no estuvieses poseído, ¿lo harías?”. Y me responden
que no. Además, pregunto a los demonios mientras hago este exorcismo:
“¿Por qué te empeñas en quedarte? Y me dicen: “No puedo irme porque Dios no me lo permite. Si me fuera de esta persona, se alejaría de los sacramentos, y estando así, acude a Dios y es ferviente su oración”. Luego es posible que para esas personas, esa cruz sea necesaria para su salvación y la de los que comparten esa cruz con ella: su entorno, su familia y sus amigos.
Ayuno y oración
-En el Evangelio,
Jesús dice que algunos demonios sólo se van con ayuno y oración, pero
existen casos en los que el exorcismo dura muchos años, o que incluso no
llega a producir nunca esa liberación, aunque se recurra al ayuno y la
oración. ¿Por qué?
-Hay ocasiones en que el Señor permite un caso de posesión en el
que la persona no llegue a liberarse nunca. Yo los he tratado. El Señor
invita a acudir al ayuno y a la oración para expulsar cierto tipo de
demonios, porque hay varios. Igual que hay ángeles con diferentes funciones y misiones, con los caídos pasa lo mismo, pues también son ángeles. Pero como digo, en ocasiones nada funciona, ya que Dios lo permite para la salvación de muchas almas, no sólo de la persona poseída, aunque no es normal.
-Otra cosa
incomprensible es cómo puede comulgar un poseído y que no se dé su
liberación, siendo como es la Sagrada Forma el cuerpo vivo de Cristo.
¿Acaso no nos ha dicho la Iglesia que el demonio huye de Cristo como de
la peste?
-Es cierto. No se aleja el demonio cuando la persona comulga. Se
queda ahí quieto, aunque supongo que tremendamente incómodo. A veces,
durante un exorcismo, coloco sobre la cabeza del poseído una forma consagrada y pregunto: “¿Sabes lo que tienes ahí?”.Y contesta: “Sí, está Él”, y ni se inmuta.
Sin embargo, he descubierto algo curiosísimo: el demonio se descontrola en rabia desesperada cuando coloco algo que refleja la presencia de la Virgen, como un escapulario, o si rezo oraciones de la Virgen. ¡A María le tiene un odio impresionante! Entonces sí se revuelve, no lo puede soportar. ¡Huye como de la peste!
Sin embargo, he descubierto algo curiosísimo: el demonio se descontrola en rabia desesperada cuando coloco algo que refleja la presencia de la Virgen, como un escapulario, o si rezo oraciones de la Virgen. ¡A María le tiene un odio impresionante! Entonces sí se revuelve, no lo puede soportar. ¡Huye como de la peste!
-¿Por qué?
-Porque se siente profundamente humillado. El saberse obligado a hincar la rodilla ante una mujer,
la Madre de Cristo... ¡Ah! No puede con eso. Las oraciones a la Virgen
durante un exorcismo son extraordinariamente poderosas a mi favor...
También ocurre con las reliquias que han pertenecido a algunos santos.
Yo suelo utilizarlas con mucha frecuencia, porque no las puede
soportar. Suele ‘salir’ despavorido por la misma razón: la humillación
de la obediencia a la que le obliga Nuestro Señor, que le induce a
doblegarse ante un hombre, no ante un ángel o ante Dios mismo: ante un
hombre que ha sido santo.
Me ocurre mucho con las reliquias que utilizo del padre Pío de Pietrelcina, a quien tengo especial devoción. Sale huyendo ante las oraciones y las invocaciones que hago sobre él. ¿Sabe que lo conocí siendo yo muy jovencito? ¡Le tiraba de la barba y él se partía de risa! Yo le adoraba, era una persona de una bondad hiperbólica, un hombre de Dios de pies a cabeza. Un gran santo de nuestro tiempo.
Objetos de metal
-Usted cuenta que durante los exorcismos un poseído puede expulsar por la boca objetos de metal, cristal y cosas así.
-Usted cuenta que durante los exorcismos un poseído puede expulsar por la boca objetos de metal, cristal y cosas así.
-Es curioso, ocurre a veces. Esos objetos no están dentro de la
persona físicamente, se materializan en la boca, al ser expulsados. Los
he cogido con mi mano, incluso cuchillas de afeitar. Tengo una caja
enorme llena de estos objetos. La guardo para demostrar físicamente lo que ocurre durante la expulsión de un demonio. Es muy difícil de creer, pero están ahí.
Una vez, una persona sobre la que oraba me escupía todo el rato y yo esquivaba sus salivazos como podía. Una de ésas veces, le vi que me iba a escupir y puse mi mano ante su boca. Fue todo muy rápido, pero cogí al vuelo un clavo enorme y estaba seco. No tenía saliva ni nada. Se había materializado en el momento de salir de su boca.
Una vez, una persona sobre la que oraba me escupía todo el rato y yo esquivaba sus salivazos como podía. Una de ésas veces, le vi que me iba a escupir y puse mi mano ante su boca. Fue todo muy rápido, pero cogí al vuelo un clavo enorme y estaba seco. No tenía saliva ni nada. Se había materializado en el momento de salir de su boca.
-Usted cuenta que una sola sesión de exorcismo puede ser durísima.
-Se necesita una enorme fuerza psicológica para asistir a un exorcismo y no distraerse de la oración con nada, diga lo que diga o haga lo que haga el demonio. La fatiga puede ser muy grande.
-¿Cómo nos protegemos para que nunca nos suceda algo así?
-El mejor remedio contra el demonio es la oración y la confianza en
la Misericordia. Con oración y siendo fieles a los regalos infinitos de
la Iglesia: los Sacramentos. Dios jamás abandona a un hijo fiel. Lo protege, lo ama con locura, lo mima con sus regalos. ¡No debéis tener miedo jamás!
-¿Usted no ha tenido miedo nunca?
-El mismo día que me nombraron exorcista me encomendé a la Santísima Virgen. Le pedí que me arropase y me protegiese cada día con
su manto materno. Además, tengo una profunda devoción a mi ángel de la
guarda, al que me encomiendo cada día y antes de cada exorcismo. Por lo
tanto, creo que es el demonio, por la gracia de Dios, el que se echa a
temblar cuando me ve aparecer y empiezo a rezar.
Juan Pablo II
-¿Es cierto que usted exorcizó junto a Juan Pablo II?
-¿Es cierto que usted exorcizó junto a Juan Pablo II?
-Le cuento una anécdota de ese impresionante santo. Estaba yo
exorcizando a una pobre muchacha joven, a la que llevaba muchos años
intentando liberar. El exorcismo esa mañana había sido durísimo y tanto ella como yo estábamos agotados. Entonces nos fuimos los dos a una misa que celebraba el Papa en San Pedro.
Ella estaba tranquila, con unas ganas tremendas de estar en la Misa
y de ver al Papa. Todo iba bien hasta que el Papa entró en la basílica,
con todos los ropajes, preparado para celebrar. En cuanto esta muchacha le vio, se puso fatal: alaridos, convulsiones, etc. Estaba claro que el demonio no soportaba la presencia de ese hombre tan de Cristo. El Papa la miró lleno de compasión y dio la orden de que la alejaran un poco, pues los gritos que profería y las palabrotas iban a ser un incordio para la celebración.
Cuando finalizó la Misa, el Papa se acercó a ella, que seguía con una inquietud horrorosa. Le impuso las manos, comenzó a orar y la muchacha se puso fatal.
Así estuvo el Santo Padre un buen rato, hasta que se calmó un poco.
Quizá logró expulsar un par de demonios. El caso es que, agotado, le
dijo a su secretario: “Avise al padre Amorth. Que siga él”.
Y ahí tuve que seguir yo, que había estado antes no sé cuántas horas
con la pobre desdichada sin ningún fruto. Me reí: el Papa no lo sabía.
-¿Le obedeció?
-¡Por supuesto! Yo quise muchísimo a Juan Pablo II.
Medjugorje
-Hay un elemento muy fuerte en el mundo actual en la lucha contra el demonio, un fenómeno que el Papa Juan Pablo II amaba mucho como ha revelado el postulador de su causa de beatificación, que es el fenómeno de Medjugorje. ¿Qué opinión le merece?
-Hay un elemento muy fuerte en el mundo actual en la lucha contra el demonio, un fenómeno que el Papa Juan Pablo II amaba mucho como ha revelado el postulador de su causa de beatificación, que es el fenómeno de Medjugorje. ¿Qué opinión le merece?
-Medjugorje es un lugar de gran fortaleza contra Satanás. Nuestra
Señora dijo en Medjugorje el 14 de abril de 1982: “Dios ha permitido que
Satanás ponga a prueba a la Iglesia durante un siglo”, pero añadió que
no la destruiría: “Este siglo en el que vivís está bajo el poder de
Satanás, pero cuando sean realizados los secretos que os he confiado, su
poder se quebrará”.
Estas palabras nos dicen que Satanás está hoy trabajando, pero a la
vez que él, también está la Virgen. Ahí están los frutos de Medjugorje.
Son ya más de 30 años de buenos frutos y el Evangelio
es claro sobre cómo discernir los acontecimientos que suceden. Al árbol
se le conoce por sus frutos, y los de Medjugorje son tan claros que a mí
me da pena que se ignoren. Incluso creyentes, laicos y consagrados, que
sin haber estado si quiera allí, ya tomaron su decisión de rechazarlo.
Pero bueno, de lo poco que sabemos de los secretos confiados a los
videntes de Medjugorje es que cuando se realicen, el dragón será
derrotado y el reino de la luz triunfará.
-¿Qué recomienda a una persona que quiera ir al cielo sin pisar el purgatorio y sin saber nada de Satanás?
-Hijo mío, yo también quiero ir al cielo. Agárrate a los sacramentos y sobre todo a la Virgen María. Ella jamás te abandonará.
5 comentarios:
Quizás podamos comprender mejor esa Maternal Omnipotencia de la Virgen al leer la declaración que el Diablo hizo sobre Ella hace unos 350 años. Que yo sepa, son las únicas palabras de Satanás referidas a María Santísima que han sido registradas por escrito y avaladas por la autentificación de varios testigos.
Según se recoge en las crónicas, durante la instrucción de la causa de Beatificación de San Francisco de Sales, declaró como testigo una de las religiosas que le conoció en el monasterio de la Visitación de Annecy. Refirió que en una ocasión llevaron ante el obispo de Ginebra (Monseñor Carlos Augusto de Sales, sobrino y sucesor de San Francisco en la sede episcopal) a un hombre joven que, desde hacía cinco años, estaba poseído por el demonio, con el fin de practicarle un exorcismo.
Los interrogatorios al poseso se hicieron junto a los restos mortales de San Francisco. Durante una de las sesiones, el demonio exclamó lleno de furia:«¿Por qué he de salir?». Estaba presente una religiosa de las Madres de la Visitación, que al oírle, asustada quizá por el furor demoníaco de la exclamación, invocó a la Virgen: «¡Santa Madre de Dios, rogad por nosotros!...».
“Al oír esas palabras –prosiguió la monja en su declaración– el Demonio gritó más fuerte: «¡María, María! ¡Para mí no hay María! ¡No pronunciéis ese nombre, que me hace estremecer! ¡Si hubiera una María para mí, como la que hay para vosotros, yo no sería lo que soy! Pero para mí no hay María».
Sobrecogidos por estas palabras, la mayoría de los presentes rompieron a llorar.
El Demonio continuó: «¡Si yo tuviese un instante de los muchos que vosotros perdéis…! ¡Un solo instante y una María, y yo no sería un demonio!»”.
Impresionante!!!
Me encanta ver la imagen de la Virgen María, así apenas entro a la página web, es como respirar profundo.
Tantas veces he querido imaginarme su maravilla sin alcanzar si quiera a escoger una imagen que satisfaga al sentimiento cuando lo trato de hacer imagen.
Es tan agradable leer la seguridad de la fe que se transmite en certezas de personas que se dejan en las manos de Dios.
Hola, Angelita, siempre es un placer recibir tus visitas y tus palabras. Si, elegí esa imagen de la Virgen María, nuestra madre, porque es la mas hermosa que encontré a mi alcance.
Tanto la quiero.
Dios nos provee de todo ;-)
Gracias por venir.
La Reina de la Paz, maravillosos los frutos que durante 30 años han dado y sigue dando ese lugar tan especial.
Sólo tengo palabras de gratitud para nuestra Madre y que ella siga derramando sus gracias en Medjugorje y en todas partes del mundo.
Un abrazo Moderador.
Hola Merche, bienvenida! Si! La reina de la Paz! Nuestra querida madre, que no deja de pedir a Dios por todos nosotros.
Un abrazo, Dios te bendiga.
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