El deán de la Catedral de Oviedo es el encargado de expulsar al diablo de los poseídos y alerta de que los casos aumentan
La última vez que practicó un exorcismo fue en Gijón, por mandato de Osoro y en un ritual que se prolongó varios días
- «Para evitar males de tipo físico conviene que varias personas sujeten al poseído»
- «Satanás está actuando. Ahí están el maltrato familiar y la crisis de valores»
Alrededor de un cuerpo que grita y se revuelve, que 
convulsiona y se retuerce, se congregan familiares y amigos del poseído,
 mientras que, a su lado, dirigiendo la ceremonia, un hombre de setenta 
años armado únicamente con un crucifijo y agua bendita, oraciones sin 
descanso y fuerza física, lucha por expulsar de aquel hombre a Satanás 
en un ritual que se prolongará durante varios días, con sus noches.
Ese último exorcismo practicado en Asturias tuvo lugar en 
un domicilio de Gijón por orden del hoy arzobispo de Valencia, Carlos 
Osoro, y el encargado de oficiarlo fue uno de los hombres fuertes de la 
Diócesis asturiana, situado estratégicamente, en su corazón: Benito 
Gallego, don Benito, deán de la Catedral de Oviedo. Setenta años y, 
desde hace ya nada menos que 37, canónigo penitenciario: el encargado de
 administrar el sacramento de la penitencia en pecados cuya absolución 
está reservada únicamente al arzobispo. Pecados de especial gravedad en 
los que su función trascendental es «levantar la excomunión».
Los requisitos para obtener su perdón –en un confesionario 
en la penumbras de la capilla del Rey Casto– son «que el pecador haya 
alcanzado la mayoría de edad y sea consciente de que ha incurrido en una
 pena especial como es el aborto provocado, y no solamente quien lo 
realiza, sino también en las personas que colaboran de manera efectiva o
 eficaz para que se haga, atentar físicamente contra el obispo y 
denunciar falsamente al confesor. Por ejemplo, acusarlo de incitar a 
cualquier pecado, pero, sobre todo, sexual».
Ese inmenso poder espiritual sobre las almas de la grey 
acumulado durante casi cuatro décadas ha convertido a este leonés de 
Villamoratiel de las Matas en el exorcista de la Iglesia asturiana sin 
nombramiento, porque sólo un 26% de las 69 diócesis españolas cuentan 
con exorcista designado de forma oficial.
Lo que sí está establecido es que únicamente puede ejercer 
el ritual un sacerdote que haya sido nombrado «expresamente» por el 
obispo, bien para que realice un exorcismo eventual, o bien para que 
ejerza de forma estable en la Diócesis. Y, en el caso del deán de la seo
 ovetense, así ha sido durante muchos años. Bajo el báculo de los tres 
últimos arzobispos: Merchán, Osoro, Sanz. 
Ocurre que el sigilo y «la prudencia» que exige el cargo lo
 habían mantenido oculto hasta ahora, pero la alerta lanzada por el 
cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, de que «la 
demanda de exorcismos aumenta» y el hecho de que haya decidido designar a
 ocho sacerdotes para desempeñar esta tarea han motivado que haya 
accedido a desvelar su misión «hasta donde se puede».
La liturgia en la que invocará a Dios y se dirigirá 
imperativamente al diablo «para que deje de atormentar o de poseer a una
 persona» comienza con una comprobación básica: «Lo primero es ver que 
no hay una explicación de tipo puramente psiquiátrico o psíquico, sino 
que hay una influencia directa y expresa del demonio, que no es un ser 
mitológico, sino que es un ser personal y real que existe y actúa sobre 
las personas, las cosas y los lugares».
Solo entonces comienza un antiquísimo ritual renovado por 
Juan Pablo II en 1998, cuando la Santa Sede decidió, después de casi 400
 años, revisar el anterior texto (que databa de 1614) por los cambios 
que supuso el Concilio Vaticano II y los avances de la ciencia en el 
campo de la mente.
Don Benito extrae el volumen que utiliza de un armario, una
 edición de 2001, y abre sus páginas con familiaridad, pero también con 
respeto:«Primero se invoca a la Santísima Trinidad –Padre, Hijo y 
Espíritu Santo– y luego viene una oración pidiendo esa asistencia 
especial del Señor. Después, hay una súplica invocando la intervención 
de los santos y para que el demonio deje de actuar como está actuando en
 esa persona. Más tarde, unas lecturas del Santo Evangelio antes de la 
imposición de manos y de la renovación de las promesas bautismales. Y, 
por fin, se pronuncia la fórmula imperativa propiamente dicha del 
exorcismo, pidiendo por la fuerza del Señor Jesús, por la fuerza de su 
cruz, que deje libre a esa persona». 
 
  
4 comentarios:
Excelente nota!!
Mil gracias.
Saludos desde www.gomnisismo.blogspot.com, os tengo en la seccion de link recomendados, grande fortea.
Por favor ,estoy bajo opresión demoniaca,he tenido experiencias paranormales muy fuertes que me han convertido.de atea a cristiana
Estuve en contacto.con un colaborador del Padre Fortea,que me recomendó.SER asistida por un párroco de forma presencial
Ya no se que hacer ,les envíe una PARAFONIA de 22 que aparecieron en mi móvil sin yo pretenderlo,después tuve presencias demoniaca en mi habitación. Aunque cambie de casa ,me vienen detrás
Todos los días rezo una novena de exorcismo de S. BENITO,pero la opresión PERSISTE,no como antes ni mucho menos. Pero tengo.constantes ganas de vomitar cada vez que como algo y solo.al ORAR a S.Benito Abad se me pasa ,creo que debería hablar con este sacerdote de Oviedo ,que por Dios me ayude,estoy fuerte en la fe,debo ir más a confesar y comulgar y creo que debería traer agua bendita
Por favor ayuda
Vaya usted a hablar con el obispo, y pídale una reunión con el sacerdote exorcista. Ya le indicarán que hay y lo que debe usted hacer.
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