Escena de la película; El último exorcismo.
Extracto de la cuestión número 45, del libro Un Dios Misterioso, del padre Fortea;
Algunas liberaciones producen mucho espectáculo, mucho estruendo, alaridos, violencia, convulsiones, ¿porqué? Porque Dios así lo quiere. Si Dios quisiera que los demonios salieran de un modo silencioso y discreto, así sería. Pero las cosas son como Dios ha dispuesto. Y eso constituye un spectaculum Dei, un espectáculo de Dios que aumenta la fe, que nos recuerda la existencia del
demonio, que nos refuerza la convicción del poder de la oración. Es el demonio el más interesado en que esa derrota suya se oculte a los ojos de todos lo más posible. Las obras de la Luz buscan la luz.
Cosa distinta, en cuanto, a que veamos la naturaleza del mal, permitido por Dios... Es cuando, como en las primeras ocasiones de las sesiones de exorcismo, (sobre todo ante los familiares o amigos que ayudan en el proceso del exorcismo) el mal trata de deslumbrarnos con acciones, para hacernos creer que tiene mucho poder... sabiendo que es limitado... para tratar de intimidarnos... a modo de este ejemplo, he puesto la imagen del post, nunca hay que hacer caso de las payasadas, Dios siempre manda y prevalece, y tiene la última palabra en todo.
3 comentarios:
Estoy de acuerdo en lo de "las payasadas" del demonio.
Me parece que el diablo es en un sentido como un mono, un imitador de formas, actitudes, y supuestos "prodigios". Y también se comporta como un loro, imitando todo tipo de voces, de sonidos,etc.
Lamentablemente el demonio también se ha encargado de que tengamos de él una imagen mucho mejor de lo que es en realidad. Y esto lo ha conseguido utilizando a hombres como marionetas y que le han idealizado en obras literarias o en el cine.
Por eso, cuando notemos que algún autor da del demonio una imagen de algún tipo de valor debemos siempre sospechar pues el maligno carece de cualquier valor.
Bueno... su "buena imagen" viene de la ignorancia de muchos, la incredulidad, y por desgracia, por los que le sirven a conciencia.
Pero todos los demonios y sus servidores, que dejan de lado a Dios, lamentablemente estan condenados a lo peor, y no me gustaria estar en su piel ni un solo segundo.
Eso seria terrible!
Ese sentido de condena sin remisión posible...
De acuerdo con todo lo dicho por Fortea.
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